Ana Sousa Dias
Avelino Rodrigues
Ana de Sousa Dias inició su carrera profesional en los periódicos “República” y “El Diário”. Pasó por el semanario “Expresso”, como colaboradora externa, durante un año, hasta ser invitada por Vicente Jorge Silva para el equipo fundador de, el “Público”, su primera experiencia como profesional. En 1996, desempleada, acepta la invitación para asesora de prensa de la plantilla que instaló la Expo 98.Dos años más tarde, recupera su carnet de profesional cuando entra para el personal de la revista “Focus”, ya como redactora principal.
Después del año 2000, nuevamente desempleada, definitivamente “freelancer”, desarrolla una variada colaboración en revistas y programas de radio, en la RDP y en la televisión pública, el canal 2 de la RTP. Produce y dirige el programa “Por Outro Lado”, un total de 311 entrevistas semanales durante seis años, siempre fuera de nómina.
Pasó por todos los medios de comunicación y redacciones, siempre persiguiendo el rigor de su estilo propio, enfrentando la aventura, el riesgo de cambiar e incluso el desempleo, en lugar de someterse a una condescendencia que le aportaría estabilidad en el trabajo. De modo sintomático elige el sindicato de los periodistas, casi un refugio de seguridad, para el escenario de esta entrevista. Sabe muy bien lo que cuesta la inestabilidad de un empleo, después de una experiencia de vida, donde fue casi todo lo que se puede ser en la profesión de periodista.
Palabras clave: freelancer, impacto social, verdad, objetividad, directivos incompetentes.
Para ti qué significa ser periodista?
El periodismo fue la profesión que me dio acceso a personas, situaciones y hechos, que de otro modo, nunca habría conseguido. Fue una especie de “short cut”. Si estuviésemos hablando de informática yo diría que fue un enlace para acceder al conocimiento directo de situaciones y de personas, especialmente de personas. En ese entonces, no me di cuenta, pero ahora puedo decir que el periodismo me dio esa oportunidad y creo que fue un privilegio. Después, a partir de la experiencia del “Expresso”, comencé a pensar que una noticia que salía en el periódico era algo que tenía impacto. Cualquier cosa que saliese en el “Expresso” (y “Público era igual) tenía mucho efecto, porque traía la etiqueta de calidad, de veracidad.
Como fue que entraste en la profesión de periodista?
De una forma absurda. Tenía 17 años, buscaba trabajo y conocí un viejo periodista, Miguel Serrano, que me propuso unas traducciones para el “República” (yo había vivido en Bruselas, en el mismo edificio que sus hijos). Él fue quien me llevó para el periodismo, como profesión, porque yo nunca había pensado en ello. Él creyó que yo escribía bien y me lanzó como periodista en “Vida Rural”, conectada al “Diário de Notícias”. Esa era la época de la Reforma Agraria. En la dirección de la revista, colocaron Miguel Serrano, teniendo en cuenta que él había nacido en Moura y debía saber algo de agricultura. Y yo fui, como para hacer mi pasantía. Debe haber sido en Mayo del 75, inmediatamente después agarramos el Verano Caliente…hasta el 25 de Noviembre. Fue toda aquella confusión, cerraron la “Vida Rural” y me fui para el equipo fundador del “Diário”.
La entrada en la profesión representó para ti una especie de promoción social o no?
Cuando entré en 1974/75 no buscaba promoción social, solo había la voluntad militante, especialmente en el “Diário”. De todos modos mis padres nunca tuvieron la menor curiosidad en relación a mi trabajo. Mi padre era oficial del ejército y mi madre era profesora de culinaria. Para mis padres ser periodista nunca fue importante.
Además había el hecho de que yo estaba en el “Diário” e era comunista. Muy joven y ya comprometida con el Partido, una militante entusiasmada. El 25 de Abril, el PREC, todas esas cosas. Eso era tan importante que nunca tuve noción del periodismo como promoción social…era más una especie de confianza personal, por estar haciendo algo socialmente útil y que al mismo tiempo era interesante.
Como era trabajar en un periódico partidario como “El Diário”?
Mi experiencia del “Diário” fue muy importante. Miguel Urbano venía de la escuela del periodismo brasilero y era un gran profesional. También teníamos directivos muy exigentes. Armando Pereira da Silva, jefe de redacción y Daniel Ricardo, Luís de Barros, António Borga. Los editores (si, en esa época ya teníamos editores), eran muy rigorosos…allí no había lugar para el “sin embargo”, el “por lo tanto”, o el “talvez”.
El “lead” era en serio y la pirámide invertida era práctica corriente.
En la prensa escrita no tenías los problemas de imagen pública que la televisión te trajo…
La cuestión de imagen, del papel del periodista en la televisión…Aparecer en la TV, aún más como entrevistador, altera completamente la imagen que los demás tienen de nosotros.
Yo comencé a aparecer en la televisión en el año 2001. En ese tiempo ya tenía 25 años de periodista, pero las personas me trataban como si yo hubiese nacido, para la profesión, en ese momento. El hecho de aparecer, de mostrar la cara, pesa mucho en la imagen que las personas tienen de nosotros y después indirectamente, en la idea que hacemos de nosotros mismos. Siento como si fuera una invasión de mi personalidad.
Es difícil de explicar, pero siento que cambié para mí misma. Ahora sé que las relaciones con los demás son distintas. Muy a pesar mío. Siento mucha nostalgia de la prensa. El para ya, el día a día, la noticia. Y el anonimato también. No tener que dar la cara, no ser estrella, porque eso modifica. La idea de estrella es una cosa que me perturba, que me incomoda de verdad…porque, de hecho, las personas pasan a tener con nosotros una relación diferente.
Para las personas a las cuales esto les sucede en plena juventud, incluso puede crear un problema de identidad, de desarrollo personal. Las personas forman una imagen de nosotros, que no tiene nada que ver con la vida profesional, pero si con el hecho de aparecer en televisión. Nos abordan en el supermercado o en cualquier parte, pero no para hablar de trabajo, al contrario (y esto me confunde), quieren saber de aspectos irrelevantes; comentan como estaba peinada, maquillada, vestida… esto desmerece completamente nuestro trabajo.
En la radio es otra cosa; esos aspectos de la imagen no tienen importancia y más aún en el caso de la prensa, donde el lado personal no existe. Y a mí, en efecto, lo que me gustaba en este momento era volver a la prensa, pero infelizmente no me dan trabajo. Si fuese posible yo volvía ahora para la prensa y dejaba la televisión…
Nostalgia de los periódicos?
Aún conservo amigos que trabajaron conmigo en las redacciones de los periódicos, por donde fui pasando. Muchos. En esa época había un ambiente de cordialidad, de amistad y compañerismo en las redacciones…eso después se reflejaba acá afuera. Nos juntábamos para almorzar o cenar en nuestras casas. A veces, incluso pasábamos juntos las vacaciones.
En lo referente a bares y discotecas, nunca fui muy frecuentadora, ni siquiera de restaurantes. Talvez porque tuve hijos muy joven, a los 23 años. Esto de ser mamá…
Dejar de ser estrella!
Salí de la RTP con alguna pena. Fueron seis años y 311 entrevistas! Fueron meses muy complicados, tanto a nivel personal como profesional. Pero ya pasó y ahora estoy muy centrada en mi próximo proyecto, en la “Rádio Clube Português”, un trabajo en directo que exige que tenga una enorme disponibilidad y para el cual voy de corazón abierto. Es otra de las grandes ventajas de esta profesión. Al final de 30 años aún existen muchos trabajos que nunca hice. Estoy muy entusiasmada. Voy comenzar de nuevo!
Crees que esta profesión aún tiene mucho impacto social? Que tenemos influencia?
Sí, tenemos influencia, a pesar de que creo que esa historia del “cuarto poder”, es decir…no creo que sea un cuarto poder, es un poder intermedio y muchas veces funciona para enfrentar los distintos niveles de poder. Actualmente el periodismo está muy devaluado. Muchas veces es el “enemigo” el que cuenta mentiras.
Las personas piensan que el periodista miente, pero al mismo tiempo recurren a ellos siempre que tienen problemas. Hay aquí una ambivalencia innegable: la gente piensa que lo que sale en el periódico es verdad, lo que aparece en televisión es verdad, por lo tanto existe una especie de marca de veracidad en lo que aparece. Pero al mismo tiempo dudan…y tienen motivos para dudar, creo que sí.
Ana Sousa Dias nos confesó, más tarde, que los seis meses pasados en el RCP fueron una decepción, debido a la crisis interna de la estación. Se cambió para la “Agência Lusa” en Abril de 2009, como editora de la Cultura.
“Era el único medio que me faltaba – ya trabajé en periódicos, revistas, radio, televisión – y está siendo una experiencia muy importante para mí. Coordino un equipo directamente y cuento con una red de corresponsales en todo el país y todo el mundo, lo que le brinda una visión muy especial al trabajo periodístico.
Que es lo que está mal en la profesión?
Le falta objetividad. Yo opino que las noticias tienen muchos editoriales, hay mucha opinión dentro de ellas, algo que era propio de la prensa del siglo XIX. Pienso que después las cosas se volvieron más claras – y ahí está la escuela de Miguel Urbano y la anglosajona, de la objetividad…quieres hacer editoriales o dar opiniones, tienes otros espacios para ello.
Actualmente todo se mezcla. Hay falta de rigor en la comprobación de los hechos, en la escrita, en la forma de construir la noticia…estoy diciendo esto, pero paralelamente también hay personas con mucha calidad. Lo que quiero decir es que de modo general quizá haya más control de los periodistas y menos de la calidad.
Opino que en este momento estamos con un problema de malos directivos. Es horrible tener que decir esto, pero estoy convencida de ello. Yo no sé si son los directores, pero de algún modo son ellos los que nombran los jefes, los editores… y los directores son más, porque generalmente llegan allá porque son “yes-men” y no por mérito profesional. Con esto no digo que sean todos así. Pero de un modo general...
Qué piensas que las redacciones de ahora perdieron?
En primer lugar, hubo una pérdida de memoria, porque muchas personas con más de 50 años fueron alejadas de las redacciones o presionadas para anticipar sus jubilaciones, por razones de presupuesto – resultado: el déficit de memoria. Es preciso tener memoria en un medio de información. No puedes hablar sin memoria. Tienes que saber lo que fue que sucedió en el mundo o en el país hace 10 o 20 años…
Esto no significa que todos los periodistas deban tener 50 años, pero deben haber personas mayores que puedan orientar los más jóvenes. Yo siempre sentí eso en los lugares donde trabajé cuando era joven. Si decía una tontería y no supiese de lo que estaba hablando, si no tuviese un mínimo de honestidad o humildad de preguntar, ellos me decían. Porque era parte de…era natural.
Cuando comencé a los 18 años, no podía saber todo, debo haber hecho muchas tonterías, escrito muchas disparates (y seguramente mis jefes lograron limpiar algunos de los errores que cometí). Cuando empiezas a trabajar como periodista, es como en cualquier otra profesión, no sabes. Es así, no sabes. Por eso tienes que tener jefes que te digan: “no es así, es de este modo”.
Cuando comencé eran los jefes que hacían eso, después cuando pasé para el “Público”, aparte los jefes, había el “desk” – y una noticia hecha por un pasante o por un periodista joven era revisada por un editor y por un “copy-desk”. Si no pasaba, no pasaba…un “copy-desk” no es lo mismo que un revisor (y habían revisores muy buenos, antes de las computadoras). Los “copy-desk” aseguraban la calidad y evitaban mucha cosa. La falta de esos periodistas, esa falta de memoria tiene influencia en la calidad de los periódicos.
Piensas que los periodistas más jóvenes y los pasantes están mal colocados…
Los colocan adelante…ni tienen tiempo de ver como escriben…si, por lo que aparece en los periódicos, solo se puede entender que las cosas no son vistas, no existe nadie para revisar…hay muy poco control en eso, poco acompañamiento. No, no es para dar a los jóvenes más libertad de expresión, ni pensar, es por falta de personal, por falta de dinero, por cortes presupuestarios, creo, reducción de las plantillas. En el “Público”, por ejemplo, fue así…
El tiempo de producción de las noticias también está más corto…
El tiempo de producción pasó a ser más corto. Y entonces no sé…supuestamente el hecho de que escribas la noticia en la computadora y la envíes al editor por email, hasta debería darte más tiempo para revisar el texto. Y es mucho más fácil retocar un texto en la computadora que hacerlo en el papel como nosotros lo hacíamos (y que era asqueroso, pero bueno…)
Yo creo que hay poca filtración y poca corrección de lo que se hace. Y ya ni hablo de los errores ortográficos que cualquier corrector ortográfico de computadora resolvería, lo peor es la falta de rigor…
Ana, desde la época en que entraste para la profesión hasta ahora, también hubieron evoluciones positivas…o no?
Los periodistas vienen mejor preparados. Esta preparación que tienen puede no ser valorada después, probablemente es más teórica, pero la verdad es que vienen con más equipaje. Y se entra más tarde. Yo entré a los 18 años (no fui yo sola, fueron muchos) y actualmente no es así, uno entra con más madurez, eso espero!
Y la madurez es muy importante en el periodismo. Hoy los pasantes entran con más edad y mejor preparados. A pesar de todo, yo no pienso que las escuelas superiores de periodismo sean un desastre, yo pienso que trajeron cosas nuevas para la formación de los periodistas. Digamos que vinieron a traer una nueva creatividad a las redacciones, cierto? Y después también hay mucho más mujeres y eso es bueno…
Porque dices que es bueno que haya más mujeres en el periodismo?
Es bueno, porque no tiene sentido que una profesión sea solo de un sexo o de otro. No se trata de introducir una visión feminista, no es eso…es una visión distinta…una sensibilidad diferente. Y creo que la unión de la visión femenina con la masculina es útil. Cuanta más diversidad, mejor.
Tradicionalmente las redacciones eran de personal que frecuentaban mucho los bares y eso también cambió. Las personas de ahora, incluso los jóvenes, no tienen ese tipo de actitud. En efecto existía aquel pequeño mundo de los periodistas…
Otro asunto: Como te relacionas con tus fuentes?
Un periodista que no aprecie sus fuentes, que no las cultive, queda desconectado de la vida real. Pero, si no tiene cuidado puede quedar rehén de las fuentes. Como te relacionas con tus fuentes, las variadas, las personales, las personas que conoces? Cuanto a mí, yo hago todos los posibles por no quedar rehén de las fuentes. No acepto negociaciones. O quieren o no quieren.
En el programa que estoy haciendo en la televisión es distinto. Mis fuentes, a veces, son las editoras o las productoras, que buscan una especie de negociación para tener una entrevista o algo así. Pero no se puede aceptar negociar…y después yo nunca trabajé propiamente en el área política en que las relaciones son más complicadas. Hoy día raramente tengo contacto con fuentes institucionales.
Y las asesorías cansan mucho?
Sí. Ahora con este grado de entrevistadora que es lo que me otorgan, (porque ahora ya no me llaman periodista sino entrevistadora) en efecto hay una gran presión.
Hay una gran presión por parte de los asesores, de las agencias de información y de las empresas. Presionan mucho. Siempre lo intentan, pero mi estatuto impide que presionen demasiado.
Y consideras que te pagaban bien en las varias fases de la profesión?
No. Al principio no. En el “Diário” nosotros aplicábamos los montos del contrato colectivo, así que como podrás imaginar no era gran cosa. Pero el “Público” fue el primer lugar en el que comencé a sentir que me pagaban bien. En el “Expresso” era colaboradora, no pertenecía a la plantilla y por lo tanto nunca pensé si pagaban bien o mal.
Fue en el “Público” que comencé a sentir que tenía una profesión…más tarde en la televisión vi que las personas de la pantalla tienen un status diferente a los demás profesionales que no aparecen. Si considero que me pagan bien en la RTP? Puedo comparar con qué? Creo que podría decir así: no gano bien, personalmente, si lo comparo con los abogados o médicos. Y también en relación a otras personas que hacen el mismo trabajo que yo. Pero no puedo comparar niveles de sueldo, porque no tengo sueldo, me pagan por trabajo hecho. Pero, relativamente al dinero que me pagan, podría compararme a un profesor universitario…
Aún quieres progresar en la carrera de periodista?
Yo ya conseguí llegar a la cima. Cuando era periodista del “Público” era gran-periodista, en la “Focus” era redactora principal y como no me interesan niveles de directiva, más arriba de esto que es?
Como ha sido tu integración o falta de ella con las empresas y las jerarquías?
En general, funcionó bien, pero tuve algunos conflictos. El último lugar en el que estaba en una jerarquía de donde salí, fue por una cuestión salarial. Yo estaba clasificada en determinada categoría y me pagaban como si perteneciese a la categoría inferior. Les dije: “tienen un mes para resolver la situación”. No lo resolvieron y yo salí.
Como sabes, fui colaboradora de la RTP y de la RDP en los últimos años y acabo de dejar estas colaboraciones. Son situaciones distintas: en la RDP, sea en la Antena 1 como en la Antena 2, siempre fui tratada con el mayor respeto y guardo óptimos recuerdos de todos aquellos con los que trabajé. Salí ahora por una incompatibilidad obvia con lo que voy hacer después.
De la RTP, también guardo gratos recuerdos de toda la gente, con excepción de los dos últimos directores. En la última fase, incluso fue necesario que mi abogado interviniese para que el contrato fuese cumplido. Fueron meses muy complicados, personal e profesionalmente.
Y como fue tu relacionamiento con tus compañeros de profesión?
En general, tengo una muy buena relación con mis compañeros. Incluso con la gente más joven, pasantes y todos. En la televisión y la radio no he trabajado en la redacción, pero cuando voy allá, las personas se dan bien conmigo, como si yo perteneciese al grupo.
Como clasificas tu evolución profesional en una comparación general? Fue común o atípica?
Pienso que fue una evolución muy típica. Hasta el momento en que Diana Andringa tuvo aquella idea atolondrada de llamarme para hacer televisión.
Hasta entonces fue una carrera completamente normal. Es decir, pasé por las pasantías y todo eso y solo cuando ya tenía alguna edad y madurez – en el “Público” – es que comencé a hacer entrevistas, grandes entrevistas.
Por lo tanto, pasé la fase de las conferencias de prensa, después grandes reportajes, grandes entrevistas…fue un progreso completamente normal. Normal, dentro de lo lógico.
Después fue esta confusión con la televisión, que me dio el status “oficial” de entrevistadora (como si antes no supiese entrevistar…)
Hablando de tecnologías del trabajo periodístico…
Cuando comencé era la máquina de escribir. El teléfono era un instrumento de trabajo para “sacar noticias” o para confirmarlas – y sigue siendo. Aún con los correos electrónicos, pienso que se sigue haciendo mucha cosa por teléfono.
En ese tiempo yo no usaba un reproductor, excepto para las entrevistas, nunca para los reportajes. llevaba todo anotado. Ahora tenemos nuevas tecnologías. La computadora es un instrumento extraordinario, indispensable. Facilita mucho las cosas. El internet me sirve para confirmar datos e informaciones, aunque sigo usando mucho los libros. El internet es muy importante para pesquisar, pero después hay otros instrumentos que siguen siendo indispensables.
Es decir…si voy a ver una película, tengo que ir a verla. Y existen aún muchas cosas que no encontramos en el internet, pero la Net alteró todo. Las nuevas tecnologías vinieron alterar el periodismo que se hace, sin duda. No solo interfirieron en las horas de cierre, obviamente tornan todo más directo, pero también vinieron traer nuevos estilos y una nueva calidad de periodismo moderno, en todos los aspectos.
Atención! las nuevas tecnologías son grandiosas, pero no pasan de instrumentos, porque jamás dispensarán la exigencia, el trabajo y el talento.
Crees que las nuevas tecnologías, permitiendo una nueva escrita instantánea, vinieron aumentar la espontaneidad del periodismo al momento?
El periodismo de las nuevas tecnologías puede ser más espontaneo, pero también puede ser más superficial, porque es fácil que el periodista se deje llevar por los primeros datos, que a veces son secundarios en la noticia. Se quedan muy en lo “me parece que”, pues falta el tiempo para profundizar y reflexionar.
Aunque sea en el momento, la noticia debe ser dominada por el periodista y eso no se hace superficialmente. Y a veces no hay tiempo…es claro que aquí sigue habiendo diferencias entre trabajar para un semanario o para un diario, si estás en la radio o en una agencia, o en directo en la televisión.
En el nuevo estilo de periodismo aún habrá tiempo para cuestiones éticas y morales?
Actualmente hay mucho más consciencia generalizada de esas cuestiones y también hay más escape de ellas. Cuando yo comencé, existían pocos periodistas. Hoy día no tengo idea de cuantos somos (hablando de licenciaturas profesionales cuantos somos? Cinco mil? Siete mil?).
En el 74 éramos unos 700, cuando mucho. Ya se multiplicó por diez! Por lo tanto el rigor ético también tiene mucho que ver con eso, porque hay más gente en la profesión, compitiendo, es todo más complicado.
Pero también creo que los jóvenes vienen preparados de las universidades para esas preocupaciones de ética, pero es todo muy rígido en los primeros años de profesión, con aquellas ordenes de los jefes, de “que es preciso que haya sangre, no quiero saber nada, lo que quiero son cosas de impacto, quiero cosas sociales”…
A principio pienso que ellos llegan con más preparación, con más bases que yo cuando comencé. Yo no había reflexionado nada sobre el asunto, era navegar a ojo. Ahora cuando comienzan ya saben las reglas del juego. Si después las aplican o no, eso ya es asunto del control que se hace en las redacciones.
Estás en el sindicato?
Estoy. Siempre estuve.
Entonces, crees que en el “Diário” no éramos sindicalizados enseguida?
Casa de Prensa, todo. E huelgas, claro. Cuando era necesario allá estaba yo.
Y las luchas en el interior de los periódicos? Como evalúas los poderes de los Consejos de Redacción en los varios lugares donde has trabajado?
En el tiempo en que yo trabajé en redacciones y cuando nosotros elegíamos los Consejos de Redacción, era siempre con la preocupación de que fuesen personas que nos daban pruebas de buenos principios e buena capacidad profesional.
Tenían un papel con alguna eficiencia. Eran una especie de sello de garantía. Pero yo trabajé en sitios en que, de hecho las cosas funcionaban…
Cuando escribías alguna cosa o discutías sobre la orientación de una noticia, alguna vez tuviste que apelar a tu conciencia, ponerle una cláusula de conciencia tal como: “esto es contra mis principios y yo no lo hago!”?
En ese sentido soy muy privilegiada. Trabajé en redacciones con buenos directores, buenos jefes, personas con capacidad.
Qué opinas de la auto-regulación de los periodistas?
Yo pienso que la auto-regulación no alcanza y que debe haber una legislación para equilibrar. De que hablas? Del Concejo de Ética? Del sindicato? De la comisión de carnet profesional?
Es preciso un mayor encuadramiento legal, pero hay un estatuto que no depende de nosotros…hay el consejo deontológico, está bien, que es formado solo por periodistas, mientras que la comisión de carnet profesional no es mejor, legalmente no tiene que ser… tenemos instrumentos dispersos y desorganizados y sin legislación adecuada.
Piensas que la profesión de periodista es compatible con la militancia partidaria?
Yo fui periodista militante partidaria, después dejé de serlo y continué siendo periodista. Creo que es posible ser militante de un partido e ser periodista. No creo que sea incompatible.
Pero se necesita sentido común y discernimiento. Ya dije que trabajé en el “Diário”. Era un periódico del PC con muy buen periodismo, era un caso especial y yo era muy joven. Bien, hoy ya no soy militante de ningún partido, pero podría serlo, pues eso no es, obligatoriamente, un obstáculo.
Por experiencia propia opino que la militancia partidaria puede ser gestionada con alguna independencia de espíritu. Pienso que el problema de ser objetivo y ser libre, de decir la verdad, no se opone a la militancia política. Hay otros vínculos e otras obediencias con otras instituciones, como la Mazonería o el Opus Dei.
Tenemos que medir todo eso con sentido común, sino nos quedamos como rehenes. Pero si alguien se siente capaz de pasar por arriba de esos obstáculos, felicidades!
Algunos dicen que el periodista debe ser tan independiente que ni debería ejercer el derecho al voto…
Eso es un absurdo…entonces y el derecho de ciudadanía?
E incompatibilidades con otras profesiones?
Ahí sí, hay actividades que son incompatibles con la actividad periodística. La publicidad, las agencias de imagen o de comunicación y las asesorías son las más obvias.
Lees los periódicos diariamente?
Todos los días compro uno y veo los otros por internet (risas) sino gastaría todo mi sueldo! O sea, leo todos los días un periódico en papel. E revistas también, algunas portuguesas pero sobretodo extranjeras. Incluso soy suscriptora del Time, de la Scientific American y de la Literária Granta.
Y leo libros…por hobbie y también por necesidad de trabajo, pero principalmente por placer: poesía, ensayos, libros técnicos de la profesión.
Cine y teatro?
Sí. Sabes lo que fui a ver ayer? La película “Profesión Reportero” de Antonioni, en reposición. Ya tiene 30 años. Me gusta mucho el cine y casi siempre voy sola. Al teatro voy con menos frecuencia, debido a los horarios más rígidos.
Y viajes?
Viajes…actualmente casi no viajo profesionalmente. Siendo “freelancer” soy yo quien pago, por eso no es fácil…hago viajes de placer. Y placer hoy día, estando conectado al área de la cultura, también es trabajo y gastos.
Mi último gran viaje de trabajo fue al Japón en 2006. Era la Fiesta de la Música y fue una invitación extraña, porque no trabajaba en ningún medio de información en que pudiese escribir sobre ello.
Que idiomas dominas?
Hablo francés, porque aún soy francófona como las personas más antiguas, hablo inglés y castellano más o menos…
Y ves televisión?
Poco. Solo información, debates y series.
Frecuentas con regularidad las actividades de alguna asociación cultural, deportiva, reuniones…?
No. Ni me gustan mucho los grupos.
Donde te situas ideologicamente? Establece tu trayecto ideológico.
Izquierda. Nada de centro, no soy militante comunista y voto allí entre la zona del PS y el PCP.
La primera vez que voté fue ya después del 25 de Abril…en las Constituyentes de 1975 voté en el MDP/CDE, no fue en el PCP. Vean bien, la niña bien comportada…
Mira, en aquellas presidenciales de 1976, Otelo/Pato, en que área te situabas?
En esa época yo era militante comunista, sí.
Y en las del 86, en las presidenciales de 96?
Mário Soares en la segunda vuelta!
Esa fue la del sapo?
Fue. Fue cuando Álvaro Cunhal mandó la gente a tragar un sapo…
En 96 voté en Sampaio y la segunda vez también.
Y en las presidenciales de 2006?
Soares. Pero querías saber si yo había votado o no? Siempre voté. Siempre más a la izquierda.
Entonces crees que aún existe izquierda y derecha?
Claro. La cuestión de la libertad, de la preocupación social con las personas, con la vida de las personas, es lo que distingue la izquierda de la derecha. Yo sé que mucha gente dice que ya no hay diferencia. Pero llegas al momento de votar e tienes que elegir entre izquierda y derecha, básicamente.
Cuando llegas al momento de optar por cuestiones como la seguridad social, por ejemplo, allí hay una clara diferencia. Después hay muchas cosas confusas. Tienes que pensar que hay personas que son de derecha y que tienen actitudes de preocupación social.
Alguna vez te colocaste el problema de la religión?
Yo era católica y tuve aquellas cosas de la adolescencia de dejar de ir a misa. Es preciso notar que en ese tiempo la religión era lo que era…La Iglesia Católica no era religión, era el poder. Ahí se mezclaban esas cosas, pero soy muy poco sensible a las cuestiones religiosas.
Pero si me estabas preguntando si tengo un sentido religioso de las cosas, entonces no tengo. Soy muy poco votada para ese lado de la vida. Quizás sea agnóstica.
En la vida política nacional, la religión ya no tiene mucho peso, como tuvo hace pocas décadas. Pero también tenemos fundamentalistas e esos si tienen peso. La religión es un lado importantísimo de la vida y de la sociedad. Pero el hecho de que yo no me sienta tocada por la fe, eso es otra cosa!
Traducción: Lúcia
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