04
de Abril del 2006
(La
entrevista fue transcripta a través del formato original manteniendo, siempre
que posible, las particularidades orales de una entrevista de TV).
La
guerra colonial, tema de fondo de la
obra de este escritor, aparece con mayor preponderancia en los más recientes
trabajos publicados por el propio António Lobo Antunes, o en las “Cartas de la
Guerra” editadas por sus hijas mayores, o aún en las entrevistas y particularmente en el libro de la periodista española María
Luisa Blanco. En este programa la guerra también aparece con dificultad y a duras penas y también los
amigos y el contacto con la muerte. Lobo Antunes habla de literatura, de sus
escritores favoritos y de los libros de su biblioteca y critica la proliferación
de libros que califica de “residuos sólidos”.
Buenas
noches. El Tercer Libro de “Crónicas” de António Lobo Antunes fue publicado
recientemente. Y ahora lo tenemos como invitado de esta noche.
Buenas
noches António Lobo Antunes. “As crónicas” – este es el último libro, por eso
comienzo hablando de el – “As crónicas” son menores en relación a su trabajo?
Bien, tienen una historia, cierto?...ellas
comenzaron como trabajo alimentar, en una época en que la editora no me
pagaba…que no me pagaba y yo estaba muy angustiado, no tenía dinero. Y en ese
momento apareció un hombre que yo no conocía, que dirigía el “Público”, llamado
Vicente Jorge Silva y que me simpatizó mucho. Me propuso que escribiese unos
textos para el suplemento del periódico
del domingo. Ya ni me acuerdo cuanto me pagaban…pero para mí fue muy
bueno, porque siempre ganaba algo. Mi problema era que…yo no sabía lo que había
de escribir, nunca había experimentado escribir textos pequeños, nunca los
había escrito. Entonces pensé: “Bien, esto es para aparecer en un suplemento de
periódico dominical, tiene que ser algo ligero, que divierta o distraiga las
personas “. Y así comenzó. Por lo tanto, durante muchos años no le di más
importancia que esa – unos textos totalmente comerciales, para publicar en un
suplemento de periódico. Después cuando las cosas mejoraron en la editora, dejé de escribirlos…durante algunos años…pero
en dado momento volví a recibir propuestas para escribirlos. Les dije: un
número medio loco? Ellos aceptaron y recomencé a escribir. Comencé a percibir
que podía usarlos como…como una especie de diario paralelo en relación a los
libros, como aquellos diseños o rayitas que algunas personas hacen en los márgenes
de lo que escriben. Ellos después me sorprendieron, porque comenzaron a ser
traducidos y publicados; me acuerdo de una edición alemana con diseños de
Gunter Grass, y por ahí adelante…
Publicados
también en “El País”…actualmente.
Sí.
Son publicados en varios periódicos.
Por
lo tanto, hoy ya no es un trabajo alimentar. Es decir, su trabajo ya no es
fundamental para su supervivencia.
Bien,
ahh…mi relación con esos textos es extraña. Por ejemplo, antes de comenzar un
libro, normalmente hago crónicas para seis, nueve meses; las hago todas
seguidas.
Las
hace todas seguidas?!
Sí.
Para después tener tiempo para estar solo con el libro.
Pero
las hace todas en un solo día?
En
el mismo día no sé, pero consigo hacer dos o tres por día, sí, porque - veamos – el número de palabras que en una
crónica puedo hacer en dos horas, me lleva una semana para hacerlas en un
libro. Por lo tanto, es un ritmo totalmente distinto. Yo creo que fueron mis
amigos y las otras personas que me enseñaron a apreciarlas más. Recuerdo cuando
estaba en esa editora, en dado momento había un número suficiente e yo dije al
editor: “Porque no publicamos esto?” y el me respondió: “Porque nadie lee
crónicas”. Entonces se hizo una edición pequeñita. Y también una edición de
crónicas de Zé Cardoso Pires, que
alternaba conmigo, y tenía mi mismo problema, que la editora no pagaba…
La
editora era la misma…?
Era
la misma, evidentemente. Y entonces hicieron una edición pequeñita, cinco mil
ejemplares – pequeñita en relación con la tirada que normalmente hacen de
absurdos – y que nunca fue reeditada y la edición se agotó muy aprisa y me
sorprendió que tuviese más público de lo que había imaginado. Y aun me trajo un
tipo de correo muy curioso, muchas cartas de personas…
Que
escriben…
…algunas
tonterías.
Porque?
Porque
creían que yo estaba hablando de ellas, de la familia de ellas, etc., etc., etc.
Está
hablando de las crónicas que hablan de la vida en los suburbios, es eso? Vida esa por la cual siente mucho cariño, de
paso…
No,
nunca pensé escribir sobre la vida en los suburbios, lo que quería era poder
hablar sobre todas las clases sociales…sabe? Nunca son – como los libros
también no son – no son premeditadas. Es obvio que es un acto de voluntad, no
existe inspiración alguna…
Pero
cuando comienza a escribir una crónica sabe lo que va decir…
No.
No lo sé.
No?
Con
los libros tampoco lo sé. Me siento en el escritorio y no tengo nada.
Con
los libros debe tener una idea al menos para comenzar…
Muy
vaga. Tengo…por ejemplo, en el que está por salir muy pronto, lo único que
sabía era como la noche se transforma en amanecer, no sabía nada más.
Y
como es que la noche se transforma en amanecer?
Si
pudiera resumirlo en un minuto, porque iba a estar dos años escribiendo?...
Dos
años?
Es
el tiempo que tardo, más o menos.
Pero,
desde ahí comienzan a aparecer los personajes, personas que son reales, o no
aparecen…?
Desde
ahí comienzan a aparecer voces. Voces…y tenemos la sensación de que estamos
escribiendo un dictado.
Que
alguien está dictando…?
Sí.
A veces cuando la mano está feliz ella se mueve sola. Esto es así, porque las
palabras son las que crean las palabras. Cuando me siento, nunca sé lo que voy
escribir, lo que quiero decir. Una vez preguntaron a un poeta al que admiro
mucho, que se llama João Cabral de Melo Neto, poeta brasilero – grande, un
poeta grandioso. Es un tanto estúpido decirlo, pero lo considero el gran poeta
de la lengua portuguesa del siglo XX – y le preguntaron cómo era la inspiración
para escribir a lo que él respondió: “La inspiración, no es inspiración alguna,
yo escribo un poema cuando quiero escribir un poema”.
Porque,
por que el poema llega? Cuando una persona decide el libro viene, cuando…
Viene.
A veces es preciso estar dos o tres horas esperando, no debemos tener prisa.
Después hay algunas reglas básicas. Por ejemplo, para decir algo es necesario
decir muy poco. Normalmente las personas tienen la costumbre de colocar todo
dentro de…cuanto menos se dice, es cuando entonces se logra alguna cosa…dentro
del silencio.
Pero
hay una primera versión – no de las crónicas, porque ellas son escritas casi
sin alteraciones, cierto?
Sí.
Solo pormenores, las escribo y…
Por
los manuscritos que ya vi, no hay casi alteraciones…
Sí.
No hay casi alteraciones. Muy pocas, una palabra u otra, una repetición, una
incongruencia, nada más.
Había
una cosa que me parece asombrosa. Como es que logra tener siempre el mismo
tamaño? Como es que sale de ese tamaño?
(?)
Cuando pensaba que iba comenzar ya era hora de terminar. Pero después eso queda
dentro de uno, ya se sabe más o menos el tamaño que ellas tienen.
En
los libros es totalmente distinto. A veces se necesitan dos o tres horas…yo leí
en una entrevista suya que probablemente en esta entrevista que es la
entrevista…mejor, mayor, más, más…bueno, la mejor entrevista que hizo, creo yo,
de María Luisa Blanco, que fue publicada…de que es la mejor, que es la más
completa y es la persona con quien probablemente tuvo más complicidad, como
entrevistadora…
No
sé si puede haber complicidad con un entrevistador, porque la situación de una
entrevista es muy relativa. Por ejemplo, yo estoy aquí, en un escenario que no
conozco, no sé lo que me va preguntar; todo esto es extraño: las luces, las
cameras, todo. Por lo tanto es muy difícil…yo creo que una entrevista depende
del entrevistador. Si el entrevistador es bueno, la entrevista también será
buena y si es malo…
Eso
me coloca en una situación un poquito difícil, disculpe…ahora me siento más
nerviosa…
Porque?
Debería quedar más tranquila, pues yo estoy en su territorio, que es extraño
para mí…
Sí,
sí…
…No sé lo que me va decir, comprende?...y por lo
tanto es muy difícil, es necesario crear un…yo pienso que demora mucho crear
una atmosfera que permita que la corriente pase en los dos sentidos. Porque es
un poco, creo, para la mayoría de las personas, es un poco como estar en un
examen. Por otra parte, el entrevistado siempre tiene la tendencia o el deseo,
aunque subconsciente, de dejar la mejor impresión posible, no solo en el
periodista, pero sobretodo, en los lectores o en este caso, en las personas que
van leer o ver la TV…mientras que el periodista, casi siempre quiere que el
entrevistado se parezca a la imagen que tiene de él. Es muy curioso, yo no doy muchas
entrevistas, pero dependiendo de los periodistas aparecen varios António Lobo
Antunes, completamente diferentes. Las personas quieren que yo corresponda
forzosamente a la imagen que tienen de mí en sus cabezas…
De
cualquier modo estaba hablando de la entrevista de María Luisa Blanco, que es
una serie de entrevistas…
Sí.
Que se prolongó en el tiempo y en una época difícil de mi vida…
Es
un libro, no una entrevista que dura una hora e listo, ni media hora e terminó,
son varias entrevistas de varias horas…
Así
es, pero yo me pregunto si es posible entrevistar un escritor. Creo que no lo
es, porque él es mucha gente. Y es muy difícil agarrar toda esa multitud…
Yo
hablé en el libro de María Luisa Blanco, a propósito de haber una especie de
calentamiento para empezar a escribir, es decir, lo que usted dice es que solo
al final de dos, tres, o incluso cuatro
horas de estar escribiendo es que entra en una fase de cansancio tal, que de
hecho aquello aparece, es…
Muchas
veces no escribo nada, quedo esperando.
Se
queda esperando porque?
Espero
que las palabras lleguen, no llegan enseguida. Es muy raro. Por ejemplo, cuando
termino un capitulo es siempre muy difícil el comienzo del otro. Es muy curioso,
la primera mitad de un capitulo, siempre me lleva el doble del tiempo de la
segunda mitad…y con el libro es lo mismo.
La primera mitad del libro me lleva el doble del tiempo que el resto de
él.
Será
porque después él comienza a caminar solo?
Sí,
después comienza a caminar solo. Comienza a caminar, sí según sus propias
leyes, no las mías. Yo no escribo lo que quiero, anoto lo que las voces me
dictan, lo que el libro quiere ser. Porque una obra es diferente en sí misma, tiene
un temperamento distinto, un carácter, una fisonomía distintas. Cuando usted quiere
introducir cosas, ella puede aceptar o rechazar. Yo creo que es eso lo que
distingue un ejemplar bueno de uno malo. En un libro malo, la persona apunta lo
que quiere. En uno bueno el escritor solo expresa lo que la obra quiere.
Eso
es casi como…bueno, parece una cosa mística, donde aparecen unas voces y
así…pero no es eso.
Es interesante lo que dijo. Una vez estaba
hablando…hace algunos años hubo aquí un congreso internacional sobre estos
libros que hago y Eduardo Lourenço me decía: “Sabes, el proceso de creación me
hace recordar aquel soneto de Fernando Pessoa que empieza con “Enviado de un
rey desconocido/yo cumplo informes instrucciones del más allá”; entonces en los
días buenos, usted tiene la impresión, la sensación, la seguridad – uno está
seguro – de ser como una entidad entre dos entidades, comprende? Una cosa
comenzó mucho antes de usted y terminará mucho después de usted. Además los
libros deberían ser publicados sin nombre de autor. Eso terminaría…
Porque?
…Ahnn?
Para terminar con la vanidad y también con alguna mediocridad. Por lo menos
dejaría de existir tanta gente de la televisión escribiendo libros, porque sin
sus nombres y sus rostros, con toda seguridad que no se venderían tanto…
Cuando
dice personas de la televisión se refiere a personas famosas, es eso?
No
lo sé muy bien. Esas personas que escriben esos residuos sólidos. Lo que creo
es que el autor del libro no es el autor del libro, entiende? El libro no le
pertenece.
Cuando
ve un libro suyo, no lo siente? No está en él?
No. No siento ningún sentido de propiedad en
relación a él. Y me parece curioso que me paguen por ellos, porque no sé
(risas) si me pertenecen! Comprende…?
Pero
a pesar de todo usted fue la entidad intermediaria?
Claro.
Pero es apenas eso. Es solo, es decir…yo creo que son necesarias tres cosas
para escribir: primero que todo, paciencia, después orgullo y de último
soledad. Y al mismo tiempo una inmensa humildad, sí, al mismo tiempo una
inmensa humildad…
Humildad
en relación a qué…?
En
relación al trabajo. En relación a…
Porque
es mucho trabajo, no es…?
Sí,
es trabajo.
Es
trabajo. Está diciendo…quiere decir, si solo fuese esa cuestión de ser un
intermediario de una voz, de voces que vienen del exterior, su papel en eso
sería casi nulo…verdad?
Claro.
Pero después está el trabajo de elegirlo también. Porque a veces aparecen
varias. Están siempre apareciendo en una gran pantalla de opciones. Pero aun
trabajando mucho, él sigue caminando solo y elige las soluciones correctas. Y
de nada sirve hacer planes…
Pero
no hacía planes?
En
los primeros libros, los que son nítidamente romances, en el sentido
tradicional de la palabra, sí, hacía planes muy detallados.
En
el sentido en que cuenta una historia?
No
sé si era una historia. Nunca me interesó contar historias…
No?
No.
Yo nunca quise contar historias. Lo que quería era colocar la vida completa
entre las capas de un libro.
Y
es posible?
Parece
que sí. Es lo que hago!
Lo
es? Y está satisfecho con lo que ya hizo?
Esa es una pregunta difícil, sabe porque? Porque yo
pienso que aún es muy temprano para que puedan entender lo que traje; y hay una
gran parte de lo que hago que yo tampoco comprendo. No sé de donde viene, no sé
lo que significa. Y también muchas de las novedades, por más – se inventó esto,
inventó aquello – no son más que errores disfrazados, es decir, la forma como
usted intenta sobrepasar una dificultad técnica que no es capaz de solucionar y
entonces le pasa a un lado y vienen los críticos – critico es un término que no
me gusta, no me gusta esa palabra – o los estudiosos a decir que inventó no sé
qué cosa. No inventó nada. Lo que intentó fue resolver un problema que no era
capaz de resolver.
Ahí
está asumiendo un papel menor, no…
No,
le daré un ejemplo, mire: el torero parado, como ahora se hace, como se hace
desde hace mucho tiempo, fue inventado por el gran Juan Belmonte que era cojo.
Entonces tenía que torear parado.
Eso
es sobrepasar una dificultad, no es…
No.
Es sortearla! Lo entiende?
Sí…pero
tiene su valor también, o no?
Es
solo eso. Solo eso. Por lo tanto los talentos que pueda tener son los talentos
que tiene un cojo para que las personas piensen, no imaginen que el cojea. Se
tiene que ser cada vez más humilde en relación al trabajo, porque escribir es
muy difícil. Yo recibo muchos libros y muchos textos y me sorprenden porque me
da la impresión de que no existe una persona que no tenga un libro adentro.
Todo el mundo quiere escribir, esto es muy difícil, un trabajo muy difícil y yo
no entiendo, porque la dimensión del placer es relativamente reducida. Da
placer cuando ya todo está caminando, etc., entonces hay momentos de alegría
intensa. Pero da mucho trabajo: y después el problema no es tanto el escribir
como es corregir. La sensación que tengo es que me mandan los manuscritos y lo
que sale no está corregido y con una inmensa necesidad de decir todo y de…e
sobretodo un apetito de gloria inmediata, o sea: recibo un libro el lunes y el martes ya quieren que les diga que el
libro es muy bueno, que sea publicado el miércoles, el jueves que el mundo
caiga extasiado delante de ellos. Esto es todo, menos escribir.
Usted
comenzó a escribir desde niño, es decir…
(Delante
del jarro de agua que la producción del programa coloca en lugar del vaso de
vidrio común):
Me
fastidia beber esto, con este aspecto.
Tiene un agua miserable allí adentro.
Pero
que quería? Podemos intentar conseguirlo…
Nada,
solo tomo agua. Es solo que no entiendo porque no son vasos…
Ah,
es una cuestión de opción, es una opción…
Es
más bonito…
Eventualmente queda más bonito,
no sé, es más fácil de agarrar…podemos hacer una teoría sobre eso…(risas).
Escribe
desde niño, por lo tanto nunca tuvo dudas de que era eso lo que quería hacer en
su vida.
No.
Nunca…ah, no fue una decisión mía, fue una…de repente percibí que era la única
cosa que daría sentido a mi vida y tenía seis, siete años…
Pero
hay un momento en que - bueno, eso
aparece en las cartas de guerra -, hay un momento en que pone la cuestión, “Si
no consigo, si este libro – que es un libro que está escribiendo en plena
guerra – si esto no servir, me quedo solo con la psiquiatría”. Pensó así mismo
o era una forma de decir: “díganme que no, díganme que no”…?
No
leí bien esas cartas, pero pensaba eso realmente. Estaba completamente seguro
de lo que quería. Y también estaba completamente cierto sobre que las cosas que
hacia eran muy pobres.
Lo
eran en esa época?
Por
eso comencé a publicar tan tarde, nunca…
Y
esos libros que escribió durante la guerra nunca fueron publicados, ni existen…
No,
no…
Fueron
destruídos?
Es posible que mis hijas tengan algo. Yo destruía
todo, sí, no estaba contento. Estaba muy lejos, sentía que no era eso aún, no
era aquello, había una distancia enorme entre la intensidad de la emoción y los
resultados. Por lo tanto había…y quemaba todo…eran unas grandes crisis de
desaliento, porque me parecía, en el calor del entusiasmo todo me parecía bueno
– de la misma forma que cuando una persona se hiere, en el momento no siente
dolores y después pasado algún tiempo ellos comienzan a aparecer – entonces de
repente surgía delante de mí una cosa que era muy insatisfactoria.
Pero
es curioso, porque con el paso de las cartas, primero dice: “tengo una idea,
voy comenzar a hacer”, después dice: “esto que estoy haciendo es muy bueno,
este libro es muy bueno, este será el libro, este va ser el primer libro”.
Después pasa a la fase en que dice: “este libro no sirve, esto es muy pobre, es
muy poca cosa…”
En
esa época yo aún quería escribir romances. Y después entendí que no tenía…yo
aún escribí una serie de romances, hasta el octavo o el noveno libro son
romances – y después entendí que no era
eso lo que yo quería. No me interesaba nada contar historias, no me interesaba
nada contar una historia con principio medio y fin.
Entonces
qué era lo que le interesaba? Que es un libro, por ejemplo, el “Eu Hei-de Amar
Uma Pedra” – que no es el último, porque el último es el que va salir ahora…
Sí,
ya está listo hace un año…
…Siempre
existe esta confusión de tiempo. Estamos hablando del último que salió, del
último que las personas pudieron leer y, bueno, ya está ultrapasado.
No,
no está ultrapasado…
Ultrapasado
en el sentido de no ser el último, de hecho.
Sí,
en ese sentido, sí, claro…que es lo que pretendo con eso?...
Que
es lo que pretende. No es contar una historia…
Bien,
en primer lugar, pretendo deshacerme de ellos. De la forma cuando me dicen:
“estoy leyendo su libro” quedo muy
triste.
Porque?!
Porque
no todos son para ser leídos.
Entonces?
Es
para enfermarse de ellos; o sea, quería que mis libros fuesen como un virus que
entra dentro de las personas y termina formando parte de ellas. Cualquier cosa
que es suyo y que pasa a formar parte de sí mismas y se vuelve más claro en su
interior e ilumina cosas dentro de ellas. Quería que cada página fuese un
espejo.
Ya
existieron libros que funcionaron así para usted? Hay libros que leyó y que aún
están dentro de usted y que son como un virus?
Sí,
claro que sí. Pero estaba pensando que…yo recibo muchos libros y tengo amigos
que me mandan muchos. María Luísa me los manda todos los meses, el editor
español me los manda también, y así…yo apenas los leo para ver cómo están
hechos. Esto es un defecto profesional. Después empiezo a corregir todo, es muy
raro, es preciso que un libro tenga una fuerza enorme para que se suspenda mi
incredulidad y yo me deje y el libro me empurre, por ejemplo como el “Monte dos
Vendavais” o el Tolstoi, o el Conrad, o algo así. Hay muy pocos escritores que
admiro de hecho. Y cada vez menos.
Todos
los libros que tuvieron ese papel importante para usted fueron leídos hasta
comenzar a escribir.
Fueron
libros que leí más de veinte veces. No, aún los leo. Fueron libros que leí más
de veinte veces… “la Muerte de Ivan Ilicht”, algunos de Conrad, algunos de
Tolstoi, muy pocos…las piezas de Tchekov…muy pocos y cada vez menos.
Y
de los actuales, de los escritores actuales, hay alguien que lo haya
impresionado, que pueda decir: esto es el espejo.
Sabe?
Estamos muy lejos del siglo XIX en que había treinta genios al mismo tiempo
haciendo libros. Treinta!...en Rusia, Inglaterra, Francia, América, etc. No
vale la pena que comience a citar nombres, no es? Si ahora existen cuatro o
cinco grandes escritores en el mundo entero, ya es muy bueno.
Y
quien son?
La
mayoría escriben historias y eso a mí no me interesa. Estoy hablando de
escritores de ficción, no hablo de poetas, por quien siento mucho respeto - y una gran envidia. En Portugal, tenemos
grandes poetas. Tenemos una poesía, que a mi entender…que entender ni que
nada…lo afirmo!
Afirma! (sos)
Porque…
no encuentra una poesía como la nuestra, nosotros tenemos cuatro o cinco, diez
poetas muy buenos a escribir. Diez grandes poetas vivos. Por ejemplo, creo que
Vasco Graça Moura es un gran poeta. Gran poeta…Pedro Támen, tantos…Nuno Júdice…
como se llama aquel…António Franco Alexandre y muchos más…es arriesgado
nombrarlos, porque olvidamos nombres de personas que tienen mucho mérito. Pero
no tenemos personas que escriban ficción con ese nivel, de ninguna forma.
Nuestra ficción es muy pobre. Pero eso es un problema general, en todos lados
la ficción es pobre. Mi editor francés no publica un autor francés. Yo creo que
de los escritores de este siglo más próximos a mí que me impresionaron, uno es
un alemán, de nombre Sebald, que tenía mi misma edad y murió hace cuatro años:
y talvez un americano que murió hace tres años llamado William Gaddis y que
solo escribió cuatro romances, no sé si están traducidos en portugués, de todos
modos es un hombre imposible de traducir como cualquier grande escritor.
El
Sebald está traducido para portugués.
Está?
Está.
Aunque
él escribiese siempre el mismo libro, pero aquello era bueno.
Usted
también escribe siempre el mismo libro?
Es
probable, pero yo no los leo, solo los escribo.
Nunca
lee?
No.
Lo que escribo, no. No, porque después de…cuando uno entrega el libro a la
editora ya lo revisó tantas veces, veinte, treinta veces de revisión, ya no vuelve…nunca leí un libro que haya
escrito.
Usted
tiene una memoria a la que llaman memoria de elefante. No es solo el título de
un libro, es su memoria…
Eso
es un invento…no tengo nada, tengo una memoria normal.
No,
no tiene una memoria normal. Afirmo!, que no tiene una memoria normal.
Soy
un hombre humilde. Yo creo que sí.
A
mi ver no tiene una memoria normal, tiene una memoria de elefante. Frase que,
además era su mamá que la usaba cuando usted era niño…
Sí.
Pero aplicada en sentido peyorativo.
No,
no es peyorativo nada, usted tiene de hecho una memoria…
La
frase era así: la única cosa que tienes es una memoria de elefante. Obviamente que
era peyorativa. Pero no es grave. Agradezco mucho a mis padres. Mucho! Estoy muy
agradecido, porque no me dieron mucho amor y eso fue óptimo. Si me hubiesen
dado mucho amor, eso habría matado el artista que había en mí, estaría ahora a
escribir romances, que horror…estoy realmente agradecido a mis padres, que
aparte eso tenían una gran virtud, que era muy importante: además de no darme
mucho amor también eran muy rigorosos.
Había
reglas simples, es eso lo que quiere decir…
Las
reglas son necesarias. Es preciso que haya reglas y ellos las tenían. Les
agradezco esas dos cosas. Haberme acostumbrado a las normas desde que nací y el
hecho de no haberme ahogado en amor.
Yo
estaba hablando de la memoria de elefante…entonces su memoria que es una
memoria muy, digamos – cualquier persona que lo conozca sabe que – y ni se
necesita conocerlo, es suficiente con leer sus libros para percibir que tiene
citaciones e cartas…por ejemplo, en las cartas de la guerra, hay citaciones que
las hace de memoria, de poesía, de literatura – es preciso tener una gran
memoria para eso, cierto?
No,
sabe…por ejemplo, yo no sé…
Piensa
que eso es insignificante? Estar en el medio de la guerra y recordar poemas
completos. A propósito…cuantos poemas aún sabe de memoria? Muchos…
Eu
creo…pienso…son muchos, pero eso no es importante. Yo pienso que es una memoria
selectiva, porque no sé lo que comí ayer. No recuerdo la dirección de muchos
lugares.
También
lo que comió ayer debe ser irrelevante, a usted no le gusta mucho comer, por lo
tanto, debe haber comido lo mismo de anteayer y de hace tres días…
Mi
relación con la comida es muy extraña. Está conectada a otra cosa. Está ligada
con el hecho de que cuando era niño yo sufría de tuberculosis y mis padres se
asustaban, lógico. Querían que yo comiese, pero yo vomitaba todo. Así que aún
me acuerdo de escuchar: “si no comes, mueres”, eso nunca se olvida. Por lo
tanto la comida era…la idea de comer fue metida dentro de mí como una idea de
supervivencia - debes comer para no
morir. Al contrario de: tienes que comer por placer, porque es bueno…y así el
niño en mí integró esa idea. Mi relación con la comida es una relación de
supervivencia.
En
la guerra también se quejaba mucho de la comida.
Porque
no nos daban comida! Me quejaba de aquello que nos daban para comer, porque
como nos podían exigir que hiciésemos una guerra, si estábamos tan mal
alimentados…?
Se
quejaba mucho de la comida…es curioso estar leyendo porque motivo la comida…
Oiga,
pasar dos meses comendo lo mismo para el almuerzo y para la cena, no es
agradable…
Y
aparte, cuando cambia de lugar, está en un sitio…cambia, está en Ninda…
(Aparte)
voy probar su jarra.
Esa
es suya, la mía es esta! Si quiere probar la mía…
La
voy a probar también.
Cuando
cambia de sitio le gusta la comida, dice que por lo menos al cocinero le gusta
cocinar.
No,
eso es otra cosa.
Es
la misma cosa, es el mismo tipo, la misma base, pero el cocinero sabe cocinar y
le gusta cocinar.
No,
no era eso, debo haberme explicado mal. Nosotros teníamos tres batallones de
combate y yo me cambiaba de uno para otro. Y en uno de esos batallones – el
comandante era el entonces capitán Ernesto Melo Antunes – y no era la comida
que era buena, era el civismo, porque nosotros usábamos la corbata para cenar.
Eso nos libró de mucha cosa, en medio de tanta miseria, de la arena del desierto,
del alambre de púas; los oficiales cenaban con corbata. La comida era la misma!
Pero servida por soldados de casaca blanca, con botones dorados.
Como
si estuviesen en el comedor.
El
comedor de oficiales que era una barraca. Después había platitos con cosas. Con
aperitivos. Claro que los aperitivos eran semillas, chochos, pero había una
dignidad que él obligaba a que existiera, comprende? Y una educación…
Y
cuál era el propósito de esa dignidad, esa cortesía? Había alguna intención?
Creo que había el deseo de ese hombre de seguir
siendo un ser humanos en medio de todo ese horror. Me acuerdo que nosotros
tomábamos el té en la tarde, cuando no estábamos fuera. Y en la noche – hubo
una época en que los bombardeos eran
siempre a las once de la noche – y entonces, entre los oficiales, leíamos
poesía en voz alta, los unos para los
otros; y no imagina como esto fue importante para nosotros, yo pienso que ayudó
a que nos salvásemos de la locura y de…de los problemas, los traumas de la
guerra que tantas decenas de miles de hombres llevan consigo mismos y yo
también con seguridad, pero tan bien disfrazados por estas pequeñas cosas,
exigidas por ese hombre a todos los oficiales, sargentos, inclusivamente a los
soldados – este tipo de actitud en relación a la guerra. O sea: yo sigo siendo
un señor. Sigo siendo un hombre, no soy solamente un soldado. No apenas una
máquina de disparar, de matar y morir. Soy una persona que se pone corbata para
cenar, que toma té y que lee poesía en voz alta. Esto puede parecer extraño,
pero era tan importante para nosotros! Solo después fue que di importancia a
todo esto.
Tenían
menos bajas también.
En
su batallón sí, porque la disciplina era férrea. Sabe, los militares son muy
criticados; cuanto a mí solo puedo hablar bien de ellos. Soy nieto de dos
militares, mi madre es nieta de dos militares y…y de esos de mi familia recibí
un amor infinito. Mi abuelo de quien heredé el nombre, y en la guerra
El
nombre y el anillo…
Que
no es de él…
Ah,
no es de él.
…el
anillo era del bisabuelo de mi abuelo. Era el hijo mayor de hijo mayor…mi
abuelo no era hijo mayor, pero los hermanos murieron solteros y jóvenes, sin
hijos. Y…de qué estábamos hablando?
De
los militares.
Ah!
Y…es muy difícil explicar lo que existe, es una conexión tan profunda que tengo
con los oficiales que estuvieron conmigo y con los soldados y toda aquella
gente. Es de una intensidad…no se puede decir que seamos hermanos, ni amigos,
es mucho más que eso. Yo puedo estar treinta años sin verlos como ya estuve y
el reencuentro es de una…es muy emocionante, muy emocionante, es de las cosas
más bellas que me sucedieron en la vida.
Yo
estuve en el lanzamiento de ese libro: “D’este Viver aqui neste papel descripto”, que era también el
título del primer romance…
De
la mencionada Memoria de Elefante…
…”Memoria
de Elefante”. Usted no habló del lanzamiento de ese libro, quien habló fueron
sus hijas, que también fueran las organizadoras…
Quienes
hablaron fueron los oficiales…
Sí, más precisamente hablaron
los oficiales, no solo ellos, pero los militares que habían estado con usted.
Más allá de los oficiales que estaban en la mesa, también estaban muchos
antiguos militares en la sala. Y el ambiente era de mucha emoción…
Yo
no sé si eran antiguos militares, yo creo que lo siguen siendo; estaban allá,
porque usaban gorra, se me presentaban por los cargos – soy el cabo no sé
cuántos, para el caso de que yo los hubiera olvidado, soy el furriel tal…soy!
No decían era, decían soy. Por lo tanto al mismo tiempo fue uno de los momentos
más emocionantes de mi vida, la intensidad de la emoción, aquello que nos une
es tan fuerte, tan fuerte y tan indestructible…y al mismo tiempo aquellos
muchachos, que más que una gran generosidad poseían un gran calor humano, eran
extremadamente eficientes en combate. El
entrenamiento era muy fuerte e intenso; eran entrenados por los
oficiales que comandaban allá. Pero nosotros, por ejemplo, yo, siempre estuve
en contra de la recluta que para mí es una violencia estúpida…
Pero,
eso era realmente imprescindible?
Aquello
me dio una…nos daba una preparación física y una capacidad de resistencia
enormes. Enormes…inmensas. Ahora, era indignante, yo nunca más volví a pasear
en Mafra. Sufrí mucho allá, Dios mío, andaba…un frio tan intenso en Enero,
Febrero, Marzo y andar con el tronco desnudo, desde la mañana hasta la noche,
haciendo cosas brutales, más violentas físicamente; quedaba por el piso…
La
cuestión no era solamente esa violencia, también era la humillación, no
era? No había situaciones de
humillación? Porque una cosa es la preparación física y otra muy distinta es
sentir que uno no es nada…
Sí,
pero había una…yo ahora acepto eso y comprendo, pero en esa época me repugnaba.
Creo que si tuviera que preparar hombres para una guerra, incluso sería más
duro que ellos. Porque después iba tener menos bajas. Melo Antunes era un
hombre extremadamente duro.
Sí.
Pero era duro, por lo tanto en esa disciplina como en apuntar una pistola a un
“pide” que hubiese dado un puntapié en una embarazada…
Sí, era un hombre extraordinario, un hombre fuera de
lo común. Y al mismo tiempo de una ternura, de una…él se estaba muriendo de
cáncer, y yo había sido operado de una cosa en la lengua – aunque fuera cáncer
no era nada en comparación con él – me llamaba todos los días para saber si
estaba mejorando. Y era un hombre…Su hija mayor quedaba muy sorprendida cuando
veía que pasábamos toda una tarde juntos, sin hablar. No lo necesitábamos, nos comunicábamos tanto en el silencio…y sabe, la
muerte de un amigo es una pérdida irreparable.
António,
hubo un período de su vida en que murieron varios amigos suyos, varias personas
importantes en su vida. Fue en el año 98, 99, creo – fueron dos años en que
murieron José Cardoso Pires, Ernesto Melo Antunes, su mujer Maria José y su primera esposa – su
mujer, puedo llamarla así? El hecho de que hayan sido tantas muertes al mismo
tiempo, hizo que cuando salió de ese
ciclo, saliese hecho otra persona? Usted cambió?
Esa
es una pregunta muy íntima! Ahhh….
Solo
responde si quiere…
Por
lo tanto, murió Ernesto, murió Zé...
Murió
Margarida Vieira Mendes también…un poco antes…
Murió
mi cuñada Margarida, murió Zé, la madre de mis hijas mayores…ahhh…fue un
periodo de dolor muy intenso, de hecho…parecía que estaba…es muy curioso: yo
había hecho un libro, antes de eso que se llamaba “Exortação aos Crocodilos”; y
fue un libro maldito, porque todo lo que sucedía en él, comenzó a suceder, lo
que pasaba en el libro pasó…hay un personaje que tiene un accidente vascular
cerebral igual al de Zé…
Queda
sin memoria, no es?
Sí…hay
una mujer que está muriendo de cáncer de riñón, tal como la madre de mis hijas
murió, etc., todo se cumplió. Es muy extraño! Y mi miedo fue en aumento; que es
lo que te falta por suceder, no es?
De
lo que había escrito más, no es? En ese caso…
Pero
es…es muy extraño, realmente muy extraño. Porque yo escribo el libro y todo se
hace real. Muertes idénticas a las
escritas en el libro, iguales…
Hubo
otras en que la situación fue al revés, fue la muerte de su tía Madalena,
anterior a lo que escribió.
Sí,
anterior. Ese libro es un libro…lo escribí en homenaje a mi tía, porque ella
era una mujer que me hacía sentir único. Cuando estaba con ella, nada más
existía. Me hacía sentir único, como el único objeto de su amor, sabe? Y es muy
raro. Hay muy pocas personas que tienen esa virtud, que están con nosotros y
nos sentimos únicos. Esto se consigue con mucho amor, pero también con una
inteligencia de los sentidos. Muchas veces la persona ni se da cuenta. Ahora,
sobre lo que dijo, creo que…llega un momento en nuestra vidas en que muchas
veces se tienen más fallecidos que glóbulos en la sangre…las personas que
amamos empiezan a irse. Eso es muy bueno porque – aparte el sufrimiento, hay
siempre un lado positivo – que es el de valorar la importancia: de hecho hay
muy pocas cosas importantes. La gloria seguro, que no es una de ellas, ni el
suceso tampoco. Quizá para mi sea fácil decir esto, porque lo tengo (el suceso).
No existe nada más amargo, es decir, uno puede ser un artista fracasado a los
veinte años, pero no existe nada más amargo que un fracasado a los cuarenta, a
los cincuenta, por ahí adelante…se quedan amargados, frustrados, envidiosos,
etc. Pero hay muy pocas cosas importantes, muy pocas…
Y
aprendemos eso con la muerte de las personas que amamos?
Es
un alto precio, porque aprendemos eso con la muerte de los demás, pero no
aprendemos a morir. La muerte es tan irracional!
Usted
piensa en su muerte?
Pienso que es una injusticia y una indignidad, como
también creo que la vejez lo es. Yo creo que no fuimos hechos para morir. Sabe?
Cuando mi padre murió,( hay un padre, nuestro amigo, biólogo, que dijo la misa)
y la primera frase que dijo fue: “No me gusta nada hacer esto, porque nosotros
no fuimos hechos para la muerte”. Y no fuimos, no…por lo tanto la muerte es una
creatura tan despreciable y al mismo tiempo tan cruel, porque nosotros de hecho
no fuimos hechos para morir. Fuimos hechos para vivir.
Y
piensa en su muerte?
Bien…sabe,
una cosa es pensar, otra muy distinta enfrentarla, no sé cómo será, espero
tener…
Nunca
tuvo una situación de casi muerte…que tuviese que pensar “me estoy muriendo”…
A
veces lo estamos sin saber. Yo no sé si en este momento estoy enfermo.
Sí,
pero yo estoy diciendo una cosa en que esté consciente que tiene una enfermedad
incurable, por ejemplo, no pasó por esa situación…
Enfermedad
no significa muerte. Ahora pienso que nadie está preparado para morir. Ni
Sócrates. No lo estaba de hecho. Cuando él dice “quiero aprender lira antes de
morir”, es obvio que para tocar lira antes de morir, tiene que querer aprender
para tocar antes de morir, él estaba pensando – uno vive en función de la
eternidad, así sean eternidades de uno o dos meses. Acuérdese de María
Antonieta en el verdugo – con el verdugo
(risas).
En
el cadalso.
-
en el cadalso…(risas)…y diciendo al verdugo: solo un minuto más señor verdugo.
Y aquel minuto era eterno. Cuando nosotros vivimos en función – cuando tenemos
veinte años – de una eternidad de cincuenta años, que es una cosa que no va
pasar nunca. Y después a dado momento, vivimos en función de eternidades más
pequeñas pero igualmente largas. El minuto que María Antonieta pide al verdugo
es lo mismo que los cincuenta que un muchacho de veinte años piensa que va
vivir. Muchas veces el problema no es la muerte, es la vida.
Y
la muerte es un fin?
Eso
yo no lo sé…no sé…pregunte al doctor Sousa Martins…
Usted
se interesó mucho por el doctor Sousa Martins…
Soy
su grande admirador. Soy un grande admirador del culto al doctor Sousa Martins,
es una cosa que me asombra y yo adoro
asombrarme.
(Risas) Pero
estuvo allá…fue allá muchas veces…para observar.
Si…iba com Zé Cardoso Pires. Y
comprábamos bustos del doctor Sousa Martins y es extraordinario ver las
personas arrodilladas, y las promesas, los túmulos y todo eso…las personas no
terminan de asombrarme. Sabe, aquel escritor, Flaubert, cuando oía o veía una
estupidez muy grande decía: “esto me hace soñar”. Y aquello, también me hacía
soñar.
Es
curioso, esa citación de Sócrates, que
hizo ahora, es la misma que Melo Antunes escribió en una dedicatoria en un
libro que le envió cuando estaba en la guerra.
Si…y
la citación de él esta incorrecta.
Incorrecta?
Eso
mismo. Existen varias versiones, ni siquiera sabemos si la historia no es
apócrifa. Pero, hay varias versiones.
De
cualquier forma, lo que quería exponer era: la posibilidad de estar en una
situación de guerra y ser capaz de pensar en esas cosas y no estar… en el fondo
eso es casi lo mismo que tener que usar corbata para la cena, no es?
Si
no soy capaz de pensar en esas cosas, me muero…
Era
por eso que escribía?
…muero.
Me estoy acordando de un muchacho – incluso estábamos hablando de eso, cuando
estaba almorzando con mis camaradas – que salió del alambre de púas e comenzó a
caminar. Con el arma. A caminar.
En
pleno matorral…
Si! A caminar, a andar. Logramos agarrarlo, porque
podía ser atrapado por el MPLA, podía morir…e iba caminando! No imagina las
ganas que todos teníamos de hacer lo
mismo. Salir del alambre de púas y comenzar a caminar. Aquello era realmente
insoportable. Es difícil imaginar el dolor y sufrimiento y la soledad. Si ese libro transmitir algún
reflejo de la horrenda injusticia y del dolor, del sufrimiento, de cómo se
vivía, ya habrá sido muy bueno. En ese caso, ese libro tendría una razón de
ser.
El
libro de las cartas de la guerra.
Exacto.
Yo
creo que este libro es un retrato de la guerra, por dentro de la guerra, que
nunca había sido hecho en Portugal.
No
sé, no puedo opinar y para mí el hecho de que nunca se hubiese hecho en
Portugal, no es un gran elogio.
No
tiene nada que ver con elogio, aquí no hay ninguna noción de valor, solamente
es: es posible o no lo es que al final de treinta años, se hable del asunto,
porque…
No
es posible.
No
es posible? Es indescriptible, querrá decir.
Durante
la cosa…la preparación del libro, cuando fue para decidir quien hablaba,
Zezinha y Joana estuvieron con los oficiales, con las personas que iban hablar
y sus mujeres, en casa de uno de ellos…las mujeres decían que jamás los había
oído hablar de ello. Por lo tanto, no es posible hablar con quien nunca pasó
por eso, porque no entendería, no comprendería. Es imposible.
Es
por eso que no se habla, o es porque no se quiere hablar?
Eso
no lo sé.
Durante
muchos años usted no habló del asunto.
y sigo sin hablar. Nunca escribí sobre eso, las
personas dicen: “Ah podríamos hablar de la guerra”, no habla ni (¿) de algunos
aspectos secundarios. Y que normalmente sirven para ilustrar otras cosas. No
podría escribir un libro sobre la guerra. Además el mejor libro que conozco que
habla de la guerra, que es el…en portugués la traducción sería “A insignia Vermelha
da Coragem” de Stephen Crane que murió muy joven con poco más de veinte años;
es un libro sobre la guerra de secesión americana. Él nunca estuvo allá.
Nunca…hablar de eso es un mito…es muy difícil. Tolstoi que era oficial de
carrera, como sabe, a veces habla, existe una descripción maravillosa de
batalla…mira, hay otra maravillosa descripción de Stendhal, que abre “Rojo y
Negro” y él nunca estuvo en ninguna guerra. Por lo tanto no era una guerra
real, era una inventada, pero probablemente como todos nosotros vivimos una
guerra civil tan grande dentro de nosotros durante toda la vida, como
probablemente hay una parte nuestra que está llena de perros negros que se
devoran entre sí, en toda nuestra vida, cierto? No son solo los escritores que
son una multitud, somos todos nosotros.
Todos
tenemos varias voces.
Todos
nosotros somos muchos.
Sin
embargo, pido disculpas pero vuelvo a la cuestión de la guerra; en las cartas
de la guerra, los hechos, la historia de la guerra, o mejor dicho, la guerra es
narrada de forma muy directa: “Mañana vamos en avión y probablemente será
lanzado un napalm”; el napalm (substituto militar de la gasolina) estaba allá:
o cuando dice: “fuimos metidos en un tren, en unos vagones de cuarta…cuarta
qué? – cuarta clase, (no es cuarta clase), en un tren cuando van creo, que de
Luso para Gago Coutinho, si no me equivoco, y dice: “esto…
Eso
era…no…Eso era de Nova Lisboa para Luso…
…un
transporte de judíos, es como un transporte de judíos…ahh…
Eso
está escrito así?
Está.
Y está escrito hasta que…y después tiene una frase que dice, hay un…cuando
comienza con ironía: “Eran tantas piernas y tantos brazos que en dado momento
me rasque la cabeza con el brazo de otra persona”.
No
recordaba eso…sabe, esas cartas, al mismo tiempo…usted no quería asustar a la
gente, por eso…
Yo
no opino que sea de asustar, pero es…hay cosas que conviene no abordar, no es?
Pues…y también otra cosa que era la censura militar,
que existe en cualquier guerra. Más aún en un régimen como el que teníamos,
impropiamente llamado fascista, pero…Ernesto Melo Antunes lo llamaba de pequeño
“monopartismo” y decía que no era fascismo, en cierto sentido, creo que tiene
razón. Había también la auto-censura,
porque las cartas eran leídas, o podían ser leídas por los servicios de censura,
no es? Por lo tanto había cosas que no se podían contar. Y el deseo de no
asustar a los que estaban en Portugal, de evitarles eso
Pero
eso es cualquier cosa que aparece con el pasar del tiempo, es decir, en las
primeras cartas es mucho más sincero, cuenta mucho más cosas que en las
últimas, como si hubiese aprendido a no contar. Al principio envía para Lisboa
las cartillas del MPLA
Ah
si, pero eso fue por un portador.
De
cualquier forma escribe en el telegrama que va mandar, “voy enviar unos materiales
que conseguí, que fueron retirados a alguien del MPLA”, por lo tanto, tiene una
sinceridad al principio que es casi una inocencia total. No sabía que no podía
escribir aquello? Y después empieza a aprender que no debe escribir ciertas
cosas y que puede ser agarrado.
Luego después sucedió un episodio que no voy a
relatar y que me impidió de hacerlo. Y después desde lo alto – ahí no me ven –
ah, yo debo haber sido la única persona que antes del 25 de Abril, torturó un
“pide” (policía secreta Portuguesa del régimen totalitario de Salazar). Y
después tuve varios problemas, porque era prohibido hacer diccionarios de los
idiomas. Yo estaba haciendo uno que me quitaron. Luego comenzaron a mirarme mal
del comando de la zona militar donde estaba, del estado-mayor, etc. Y por eso
tuve que comenzar a ser más cuidadoso.
Déjeme
que le cuente como torturó el “pide”.
Qué?!
Lo
torturó dándole…ahh, lo estaba operando a cualquier cosa, si no me equivoco,
estaba tratándolo y le inyectó diciéndole que era…le dijo que era anestesia…
No,
no vamos…no vamos hablar de eso…
…está
escrito, está escrito! Le dijo que era anestesia y estaba dándole suero.
No
vamos hablar de eso…
Y
él se quejaba y gritaba y usted le decía que él era un cobarde.
Fue
más…un día contaré esa historia.
Está
escrita.
Si,
está escrita de una forma superficial. Ese hombre aparecía…solo voy a decir una
cosa. Y no digo nada más sobre ese asunto. Ese hombre aparecía a veces en Malange, donde estábamos, para
matar personas de la población. Podemos quedar por aquí.
(pausa.
Ana Sousa Dias queda nerviosa con la actitud del escritor, que parece incómodo).
Sobre
ese tema.
El
que quiera saber más puede leer por aquí.
Como?
Es
posible leer aquí y en el libro de Maria Luisa Blanco está todo relatado.
Mandaba cavar, “cava un hueco ahí…”, etc.
No
vamos hablar más sobre eso.
Usted
está juntando libros a gran velocidad, está comprando muchos libros. Que es lo
que está haciendo con todos ellos?
No,
siempre compré los libros al mismo ritmo.
Sí.
Pero, porque está comprando tantos libros?
Todas
las semanas compro libros.
Compra
libros todas las semanas? Y consigue leerlos todos? Aún lee un libro por día.
Sabe,
ahora estoy cada vez más exigente de gusto. Pero es que, sabe, yo voy a una
librería – no puedo decir el nombre, por cuestiones de publicidad.
Pero
queda en Cascais.
- y…donde hay muchos extranjeros. Ingleses, americanos
y no sé qué, que de vez en cuando, mueren e se van; yo he encontrado ediciones
preciosas. Libros que están fuera del mercado. Eso para mí es una gran
alegría. De escritores que no conocía…el
otro día encontré – nunca había encontrado – la primera versión definitiva,
expurgada y fiel del “Gran Gatsby” de Scott Fitzgerald, que es realmente un romance
admirable. Romance, ese sí, es un romance admirable. Admirable. Un talento
cristal de roca.
Lo
encontró en inglés?
Claro.
No voy a leer en portugués.
La
traducción…
Pues…sabe,
la mayor parte de las traducciones son una foto en negro y blanco de un cuadro.
Hay tanto que se pierde (…)
El
problema es que hay idiomas a los que usted no tiene acceso, no es?
Yo
no leo muchos idiomas. Pero, el más difícil de leer aún sigue siendo el
portugués. Para nosotros.
Es
decir: está aprendiendo ruso.
Estoy
aprendiendo a leer portugués también.
Y
ruso.
Sí,
claro. Pero el ruso lo estoy aprendiendo solo, porque quiero leer los
escritores rusos, el original.
Cree
que es posible aprender ruso sin profesor al punto de poder leer los originales
de los escritores rusos?
Si
Gide aprendió solo a los setenta y tantos años el (Heródoto?), a leer griego en
el original y si Antero aprendió alemán solo, porque no lo puedo hacer yo
también?.
Estábamos
hablando de los libros, de los libros que está comprando, los libros que ha
conseguido encontrar; que va hacer con ellos?
Quedarme
con ellos.
Está
haciendo una biblioteca enorme?
Ah,
no es así tan grande!...(risas).
Es.
Quisiera
yo tener una biblioteca enorme.
Y
como los acomoda después? Como es que acomoda los libros?
Al
principio sigo un orden alfabético, pero después, mire, es en los espacios
vacíos…por lo tanto, es un desorden total. Yo creo que no tengo buena memoria
para los libros; por ejemplo, el sábado pasado yo pensaba: “ yo ya tengo este
libro…será que lo tengo? O no? No lo compré y creo que no lo tenía…y era un
libro que me gustaría tener. Ahora lo importante es que aprendamos a (leer),
pero eso, mis libros, los que compro tienen poca importancia. Lo importante es
que las personas aprendan a leer portugués. Ya ni hablo de escribir…
Que
quiere decir con eso de aprender a leer portugués?
Porque leer también es un acto creativo y leer es
mucho más difícil de lo que se piensa. Si leer fuese…como lo voy explicar? – yo
voy a las librerías y a veces veo los tops y no encuentro ni un buen libro en
ellos. Porque? Bien, las razones son varias, porque las personas hablan del
hoy, cuando el hoy se convierta en ayer, ya nadie va leer esos libros de vida
corta. Pero, la lectura es un acto creativo y las personas…es preciso
ayudarlas…ahora me tranqué aquí…es preciso ayudar a las personas a comprender
que leer es un acto creativo y que están escribiendo cuando leen, no lo van
recibir pasivamente. Ahora, en el lugar donde yo escribo, estaba allá de
vacaciones, el hijo de un primo, a quien pertenece aquel espacio. El muchacho
tiene seis años y llevó todo el tiempo con aquellos juegos de…y a mirar la TV y
a recibir aquello pasivamente…
Y
leer no es así…
No, esto me asusta, porque pienso: dentro de veinte
años que es lo que este muchachito va hacer? No existe nada, ningún llamado a
la imaginación, a la creatividad, ni nada de eso…yo pienso que, o va escribir
los libros que los editores ahora publican; porque quien está haciendo un buen
trabajo, si lo vemos bien son las editoras pequeñas. Las grandes, publican
basura! Tienen que ganar dinero. De vez en cuando, por error, publican un buen
libro. Ahora voy hablar de las editoras Assírio & Alvim, cuyo editor se
llama Manuel Rosa, (no lo conozco personalmente, pero me gusta mucho: una carta
al año. Es la “Relógio d’Àgua” la
“Caixotim”, la “Teorema”. Esas son las que publican los libros buenos.
Arriesgan.
Seguramente
no ganan mucho dinero. Las grandes editoras, cada vez hay más, una
tentac…una…las editoras son grandes conglomerados, es una filosofía de ventas,
es lo que vende, es lo que vende; y eso no puede ser así!
Un
libro que se vende mucho no es garantía de que es bueno?
Claro
que no! Pero no existen reglas. Hay libros que se venden mucho y que son
buenos, existen otros que se venden mucho y son malos; pero yo, cada vez que
vendo más de veinte ejemplares desconfío. Personas que dicen: yo hice que los
portugueses leyesen, eso es un bluf! Hicieron que los portugueses se leyesen a
si propios. A si propios! Yo dudo que un lector de libros malos lea un libro
bueno.
Hay
quien defienda que es bueno que haya literatura llamada light, porque hace que
las personas se acostumbren a leer, yo creo que es un error…
Yo
no sé lo que es light, opino que es un término…sé lo que es light en relación a
los cigarrillos. Hay literatura y no hay literatura. Pues la literatura no es
eso, es una cosa noble, la literatura es lo que hace Dostoievski!
Que
se necesita para aprender a leer?
Pues es que toda nuestra educación es hecha en el
sentido de no dejar, por ejemplo, ahora, no dejan que los niños lean. TV,
internet, computadoras, etc., lo ves? Hay una intención desesperada – casi
parece una dictadura, en que la gente no quiere que las personas sean educadas
– destruir todos los libros.
Y
usted que puede hacer contra eso?
Nada!...yo
solo, yo solo...
Además
de escribir sus libros?
Mi
única posibilidad de intervención es escribir. Tengo otra?
Pero
podría hacer la selección de una colección de libros, por ejemplo. Además ya
estuvo previsto que hiciese una colección de libros.
Si,
cuando la editora donde estoy empezó a publicar libros buenos.
Escritos
por usted? O recomendados por usted, por lo menos…
No,
yo estaría dispuesto a hacer, ya estuve pensando conseguir una…
Esa
era una idea práctica…
…una
biblioteca. Haría los prefacios, etc., etc., pero…
Aún
publicó algunos libros y…
No…no
salió ninguno…
…es
decir, hubo un libro, “El Secreto de Joe Gould” que tiene un prefacio suyo y
que es muy bueno de paso.
Si…el
libro es muy bueno, muy bueno. Pero vea, pasó desapercibido. Ya nadie habla de
eso. Porque después aparece el suceso del momento. Por ejemplo, yo no debería
estar dando esta entrevista…
Porque?!
Oh Ana, porque…porque yo creo que fui hecho para
escribir, no para estar aquí hablando. Y aquello que digo también no tendrá
mucho interés. En general, las personas…en general, las entrevistas son peores
que las personas. Por lo general. Por ejemplo, o Nabokov – es un escritor que
no me gusta mucho, pero es un gran escritor, a pesar de eso – las pocas
entrevistas que él daba ya tenía las preguntas y respuestas hechas, estaba todo
así en el estudio: (indica en el escenario cuadros imaginarios donde
supuestamente Nabokov leería su entrevista); entonces el periodista leía la
pregunta y él leía la respuesta. Porque él decía: “pienso como un genio,
escribo como un hombre de talento y hablo como un atrasado mental.”
Exacto,
él dio entrevistas, dio entrevistas y hay…
Muy
poco. Daba por escrito.
…daba
por escrito y hay una o dos excepciones en que él acepta.
Muy
pocas. Pero las entrevistas siempre me decepcionaron. De cualquier escritor. De
cualquier creador, siempre me decepcionaron. Los libros eran mucho más
fascinantes que las entrevistas, por los motivos que ya mencioné, porque es una
situación artificial.
Sin
embargo hay libros de entrevistas que recomendaría, cierto?
Cómo?
Ya
recomendó, ya me recomendó que leyese: lea el libro de entrevistas, el…ya no
recuerdo cuál…
Ah,
es un libro – eso es un libro extraordinario! – es un libro de entrevistas a Fellini,
eso es un libro grandioso. Fue publicado por la editora donde estoy, se agotó,
a nadie le importa, nunca fue reeditado. Estamos tan preocupados publicando
aquello que puede vender más de tres mil ejemplares, madre nuestra! O más de
cinco mil, o diez, o cien…cintas; 50 mil ejemplares vendidos…es muy curioso,
las personas corren atrás del suceso, eso no tiene ninguna importancia; lo
único importante es la gloria.
Es?
Es…
Hace
poco dijo que no…
Lo es en el sentido en que yo…como lo que sucedió a
Camões; que es lo que quiero? Es dar trabajo para quinientos años a los
críticos. Lo entiende? Dar trabajo para quinientos años…
António,
gracias por haber venido, a pesar de pensar que no debería.
Bien...
(dibuja
una sonrisa ancha, mirando dentro del jarro de agua)
ya terminó el agua…(risas)
Sabe…ahí
soy un poco como mi mamá. Mi madre está a favor del aborto. Y votaría siempre a
favor del aborto, dice ella, que tiene ochenta y tantos años y sin embargo
diría que sería incapaz de hacer uno. Por lo tanto, a partir del momento en que
me senté aquí, no hago ningún aborto: me quedo con el bebé!
(risas) Gracias, de cualquier modo.
RTP :2
04.04.2006
Traducción: Lúcia
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