Por Larry Romanoff – 16 de noviembre de 2020
En noviembre de 2002, Hong Kong sufrió el estallido de una epidemia que en la actualidad conocemos como SARS (1)(2), un acontecimiento que parece tener serias carencias siguiendo la lógica de la versión oficial transmitida por los medios occidentales, algunos elementos resultan inverosímiles e incluso imposibles, y una gran cantidad de preguntas relativas a la filogénesis y a la distribución de este virus continúan aún sin respuesta. Al parecer, el primer caso identificado se trató de un agricultor de la provincia de Guangdong, en la China continental, que murió de lo que parecía ser una enfermedad de tipo gripal poco común, "una de las desafortunadas víctimas que sucumben cada temporada de gripe". El agricultor murió poco después de su ingreso en el hospital y, que yo sepa, no se hizo ningún diagnóstico definitivo sobre la causa de su muerte. Sin embargo, se le catalogó como "paciente cero", marcando el inicio de una pandemia originada por una nueva y contagiosa enfermedad que acabó infectando a más de 8.000 personas y causó la muerte a más de 700. De esas muertes, 300 se produjeron en Hong Kong (de una población de 7 millones) y aproximadamente el mismo número en China continental (de una población de 1.400 millones de habitantes). Según el porcentaje de infecciones, la tasa de mortalidad en Hong Kong fue más de tres veces superior a la del continente, y estadísticamente el SARS resultó ser más una pandemia de Hong Kong que una pandemia china.
El gobierno chino fue criticado en ese momento por no haber dado a conocer el brote y la propagación de la enfermedad a tiempo, pero esto resulta irrelevante a la hora de buscar respuestas. Es cierto que los casos no se reportaron inicialmente y que tal vez los funcionarios de Guangdong quisieron contener la publicidad para evitar el pánico, pero contrariamente a los reiterados informes de los EE.UU., los medios de comunicación de otros países posteriormente anunciaron que China parecía haber reaccionado de forma exagerada al problema. Afirmaron que China continental había sufrido menos de 300 bajas en una población de 1.400 millones de personas, pero actuaba como si las pérdidas se contaran por millones, e incluso la OMS declaró que la información facilitada por las autoridades de China continental había sido "muy detallada". Tenía que haber algo más tras este asunto del SARS que una lucha contra un virus contagioso, porque si bien las autoridades chinas llevaron a cabo desde un primer momento lo que, incluso en retrospectiva, parecía haber sido una respuesta extraordinariamente eficaz, llegaron incluso a afirmar que la propagación deliberada de este agente infeccioso se consideraría un delito capital. (3) Esto nunca sucedió con la gripe o con el sarampión.
En cambio, los medios de comunicación occidentales elogiaron efusivamente a Hong Kong, la BBC nos habló de la maravillosa "transparencia en la información aportada acerca de la propagación de la enfermedad, en marcado contraste con el encubrimiento ocurrido en China", y el South China Morning Post mostró un gran entusiasmo al comunicar a sus lectores que "las rápidas medidas tomadas para poner en cuarentena a los residentes en situación de riesgo permitieron controlar el brote". Pero todo esto se trataba simplemente de un imperdonable sin sentido para destruir a China ante los ojos del mundo. De hecho, el gobierno de Hong Kong, y Margaret Chan, la Directora del Servicio Médico de Hong Kong en ese momento, fueron duramente criticados, e incluso condenados localmente por la gestión del brote hasta que el asunto se puso muy serio. Incluso cuando el complejo residencial Amoy Gardens resultó infectado y sus 20.000 residentes tuvieron que ser evacuados y puestos en cuarentena, el gobierno de HK seguía negándose a informar al público de la gravedad de la situación. Nadie en Hong Kong sabía dónde o de qué manera se estaba propagando la enfermedad.
Los ciudadanos locales estaban tan consternados por la falta de información y por el temor legítimo a un encubrimiento prácticamente innegable por parte del gobierno, que crearon un sitio web para los ciudadanos llamado www.sosick.org (4) en el que de manera independiente exponían la información que poseían acerca de la evolución del SARS, especialmente en lo relativo a las cuarentenas y las nuevas infecciones. Esto ya era mejor que nada. El sitio web atrajo rápidamente a más de 500.000 visitantes por día, de una población de unos 7 millones de habitantes. El gran bochorno ocasionado con esta acción pública fue lo que finalmente obligó al gobierno de Hong Kong (y a Margaret Chan) a proporcionar información actualizada. (5) Pero los medios de comunicación occidentales, y especialmente los de los EE.UU., evitaron cualquier mención a este hecho, engañando a sus lectores y calumniando a la China continental sin justificación.
Hubo unanimidad por parte de los medios de comunicación occidentales a la hora de afirmar que el SARS fue transportado desde la China continental a Hong Kong por un tal Liu Jianlun, un médico chino de 64 años que había tratado casos similares en Guangdong y que viajó a Hong Kong para asistir a una boda. Al parecer se alojó en el Hotel Metropole -de cuatro estrellas- en una habitación del noveno piso (Habitación 911, para ser exactos), donde infectó a todos los huéspedes y visitantes de su planta, que posteriormente se subieron a diferentes aviones y extendieron la enfermedad por casi 40 países más. (1) (6) Wikipedia fue tan precisa que incluso comunicó que Liu había infectado exactamente a 16 huéspedes del hotel. Esta afirmación se trata de la primera de las mencionadas lagunas en la lógica de la versión oficial, haciendo inverosímil, en el mejor de los casos, gran parte de la versión oficial (occidental) restante, ya que la historia parece razonable sólo hasta que nos detenemos a pensar en los aspectos logísticos prácticos.
Para empezar, Hong Kong tuvo tres de lo que los virólogos llaman "eventos de súper-propagación", en cuyas explicaciones no se puede encontrar ningún tipo de lógica en relación con la versión oficial. Uno de estos eventos (o sitios) se dio en el propio Hotel Metropole. (7) (8) El virus del SARS no se propagó como lo hacen los gérmenes del resfriado común, donde los estornudos en una habitación podrían infectar a una docena de personas. El contagio requirió una exposición prolongada o incluso contacto físico. Nada de eso ocurre en un hotel, donde los huéspedes de una misma planta rara vez se ven, y mucho menos pasan tiempo en compañía del otro. Si la transmisión de la infección se produjera en un hotel, lo más probable es que ocurriera en los ascensores o en el vestíbulo, donde las personas podrían estar lo suficientemente cerca durante al menos unos minutos, extendiendo así la infección a los huéspedes de todas las plantas. Sugerir que este patógeno podría haber emanado de un individuo infectado en un pasillo y haber atravesado 16 o más puertas cerradas para infectar a los huéspedes de cada habitación a lo largo de toda una planta, y SOLAMENTE a los huéspedes con habitaciones en dicha planta, es absurdo. Prominentes virólogos sostienen que las infecciones ocurridas en el Metropole "no pueden ser explicadas" atendiendo al comportamiento del Coronavirus SARS, donde los huéspedes de todo un piso se contagiaron, pero no los de las demás plantas, salvo en los casos en los que tuvieron contacto posterior con esos pisos.
Mientras que el SARS fue comúnmente descrito como "extremadamente contagioso", las circunstancias de su propagación inevitablemente dibujan una historia sensiblemente diferente. Es cierto que el virus se transmitió de persona a persona, pero las nuevas infecciones se dieron principalmente entre miembros del personal médico y familiares o amigos que visitaban a los pacientes en los hospitales, y entre las personas que estaban en estrecho contacto con las víctimas durante un tiempo prolongado, por ejemplo sentados junto a una persona infectada en un vuelo de larga distancia. Aunque los científicos confirmaron que el virus podría propagarse por medio de microgotas, descartaron la posibilidad de que se pudiera propagar por el aire. En la gran mayoría de los casos, que eran también o trabajadores médicos o familiares y otros contactos cercanos, el contagio parecía propagarse a través de microgotas y del contacto físico con el paciente o con ropa o material sanitario, tal vez bebiendo en vasos que habían estado en contacto previamente con el paciente. Según todos los archivos que he visto, a excepción de algunas infecciones iniciales y de los grandes acontecimientos en Hong Kong, la mayoría de las infecciones ocurrieron de esta manera directa, de persona a persona. Este patrón también se aplicaba con el MERS, donde más del 25% de todas las infecciones se dieron dentro de la comunidad médica. Además, los virólogos y los CDC confirmaron que los coronavirus son capaces de sobrevivir en superficies ambientales durante un máximo de unas tres horas. La corta vida útil y la necesidad de contacto directo parecerían descartar por completo la posibilidad de que el virus se pudiera propagar extensamente por sí mismo y sobreviviera lo suficiente como para infectar a todos los huéspedes de la planta de un hotel.
Otro de estos inexplicables"eventos de súper-propagación" ocurrió en el Hospital Príncipe de Gales en Hong Kong, (9) (10) donde un joven que supuestamente había visitado a un amigo en el noveno piso del Hotel Metropole tuvo que ser posteriormente ingresado en el hospital, donde instantáneamente infectó a más de 100 miembros del personal médico. No había una explicación razonable para este tipo de transmisión. Si el virus del SARS fuera en realidad tan agresivamente contagioso como este evento sugería, todos los que se encontraban en el Hotel Metropole habrían sido infectados en cuestión de días, dado que este lugar era el origen aparente de todas las infecciones en y desde Hong Kong, y sin duda habría seguido las mismas pautas de contagio masivo en la China continental y en los otros 40 países. Pero no fue así.
Además, la enfermedad parecía propagarse rápidamente a escala internacional, apareciendo a una velocidad sorprendente en muchas partes del mundo, sin embargo los casos de la China continental se limitaron a unas pocas provincias, y las muertes se produjeron principalmente en dos lugares, Guangdong y Beijing. Este no es el comportamiento de un virus "extremadamente contagioso" que por el contrario se propagaría por todo un hospital o, de hecho, por todo el mundo como un incendio salvaje. La enfermedad se propagó inicialmente casi en exclusiva desde los viajeros hasta las ciudades de Beijing, Taipei, Singapur y Toronto, emergiendo más tarde para infectar a un pequeño número de personas en otros países. Aproximadamente la mitad de las infecciones y muertes en la China continental se produjeron en Pekín. Toronto, Taiwán y Singapur sufrieron unas 40 muertes cada una, con sólo un reducido número de muertes en el resto del mundo.
Si bien el SARS se extendió por todo el mundo, las infecciones en la mayoría de los países fueron escasas y las muertes prácticamente nulas. Cabe señalar también que, si bien el virus del SARS se propagó por unos 40 países, los infectados eran casi en su totalidad de origen chino, los casos de Hong Kong fueron los más graves, seguidos por algunas partes de la China continental. La población de Taiwán es predominantemente china y Singapur está compuesto en su mayoría también por chinos. Y según mis datos, las infecciones y muertes en Toronto afectaron principalmente o en su totalidad a la amplia población china residente. Los CDC señalaron que la transmisión del SARS en Canadá parecía limitarse a "una población bien definida de trabajadores sanitarios y contactos cercanos", es decir, los viajeros chinos que regresaban. El virus del SARS aparentemente tenía más preferencia por los chinos que por los caucásicos, aunque afectó a los trabajadores sanitarios vietnamitas (que pueden ser similares a los chinos en su susceptibilidad genética) tanto en Vietnam como en Canadá.
El tercer "evento de super-propagación" ocurrió en el complejo residencial Amoy Gardens, (11) lugar de residencia de casi 20.000 personas que experimentó un brote masivo de más de 300 casos, en el cual todos los residentes tuvieron que ser evacuados de la ciudad para ser realojados en campamentos de cuarentena, quedando todo el complejo como un pueblo fantasma. Los virólogos muestran unanimidad al clasificar esto como "el evento más espectacular" de toda la crisis del SARS. La versión oficial (de los medios de comunicación occidentales) nos dice que el virus se propagó por defectos en el sistema de drenaje o del alcantarillado del complejo de edificios, donde los sifones en forma de S debajo de cada uno de los miles de lavabos o inodoros estaban inexplicablemente secos, el virus luego se introdujo en todos los apartamentos a través de las vacías tuberías de aguas residuales. Wikipedia nos contó tan poéticamente que el virus "fue transportado por una suave brisa marítima" desde las tuberías de las aguas residuales del inodoro hacia las escaleras y de ahí a todas las casas, pero los científicos ya habían descartado la posibilidad de que el virus pudiera ser transportado por el aire. En cualquier caso, tal acontecimiento sería imposible por una multitud de razones, una de ellas es que los sifones de drenaje se rellenan con agua con cada uso y no pueden evaporarse a menos que un hogar permanezca vacío y sin usar, tal vez durante años.
El Amoy Gardens no era precisamente un lugar con apartamentos vacíos y cañerías secas, pero la versión oficial plantea otras muchas preguntas importantes, la primera es cómo entró el virus del SARS en el complejo y se sumergió en el alcantarillado en primera instancia. Amoy Gardens es un gran complejo de edificios de apartamentos de 30 y 40 pisos, uno de sus edificios padeció aproximadamente la mitad de las infecciones y la otra mitad estaban esparcidas entre otros cuatro. ¿Cómo entró el virus del SARS en todos esos edificios? ¿Cuál fue la fuente? No había una inmensa alcantarilla abierta llena de virus en la que una corriente de aire pudiera soplar, y ¿cómo es que una corriente de aire que sopla a través de un inodoro puede continuar su viaje hacia los pasillos y las escaleras? Un individuo infectado podría contagiar a su familia, pero no a 300 familias en cinco edificios diferentes, y hasta ese momento Hong Kong no tenía suficientes individuos infectados como para poder contagiar el virus a todos los residentes de cinco edificios de gran altura. Una de las versiones sostenía que un paciente infectado dado de alta en el Hospital Príncipe de Gales visitó a un pariente en uno de los edificios, transportando hasta allí la infección, pero esas afirmaciones no estaban documentadas y tampoco tenían ningún fundamento, volviéndose cada vez más inverosímiles a medida que se examinaban los hechos precisos.
Otro de los asuntos es el medio de transporte. Si un virus se encuentra en una alcantarilla al aire libre, ¿cuál es la fuente de las poderosas corrientes de aire que se requerirían para ser transportado hacia arriba a lo largo del sistema de alcantarillado de un complejo de apartamentos de 40 pisos y entrar en la mayoría o la totalidad de los apartamentos? No hay corrientes de aire que soplen hacia arriba a través de nuestros inodoros y lavabos, y la gravedad sirve para trasladar el contenido de las tuberías hacia abajo y hacia afuera del edificio, no hacia adentro y hacia arriba. Por otro lado, sería necesaria una enorme cantidad de virus del SARS, así como un poderoso ventilador mágico para soplar una cantidad suficiente de carga viral hacia arriba, a través de todas las tuberías y las escaleras, hasta alcanzar y contaminar a la mayoría de los apartamentos en un edificio de 40 pisos. ¿Y cuál sería la fuente del enorme volumen de carga viral requerido? Necesitaríamos cientos de litros del virus SARS reunidos en las (inexistentes) entradas de alcantarillado de cada edificio, esperando a que la suave "brisa marítima" de Wikipedia les hiciera volar hacia arriba llegando a todos los apartamentos. El virus reside en las personas y muere rápidamente sin un huésped.
Yo no soy fontanero, pero un "sistema de alcantarillado defectuoso" en un edificio de apartamentos de alta gama y de gran altura no parece contar con las calificaciones necesarias para distribuir patógenos letales por todos los apartamentos. En cualquier caso, aparte de la afirmación inicial –y carente de fundamento– no hubo informes ni antes ni después del brote que sugiriesen la existencia de algún defecto de fontanería, y fui personalmente informado de que no se realizaron cambios ni mantenimiento de ningún tipo posteriormente. Una vez más, para un lector casual la historia suena plausible hasta que nos detenemos a pensar en la logística práctica. Después de todo, las aguas residuales y los desagües son sin duda lugares sucios que suponen un caldo de cultivo para gérmenes de todo tipo, pero esos gérmenes están ahí porque los depositamos nosotros mismos cada vez que desechamos los residuos. No entran en un edificio y buscan las tuberías de drenaje por sí mismos, y luego corren por ahí de forma independiente como ratones en busca de un lugar donde esconderse, permaneciendo al acecho hasta que las víctimas se acerquen. Tampoco se dispersan por todo un edificio y entran intencionalmente en las casas. Sea cual fuere el método por el que el virus entró en Amoy Gardens y se propagó por los edificios para infectar a cientos de individuos, es poco probable que la versión oficial sea correcta.
En resumen, la historia de cómo avanzó el del virus del SARS desde Guangdong a Hong Kong y desde allí fue transportado por los viajeros hasta otros países resulta creíble, pero parece que hay falta de consenso con otras partes también dudosas de la versión oficial, especialmente con el origen del virus en sí mismo y su transmisión en los hoteles, hospitales y complejos de edificios de Hong Kong. Otro asunto con más preguntas que respuestas es la forma en la que el virus se transmite, no sólo por su aparente selectividad racial, sino también por su progreso inexplicablemente agresivo en determinadas situaciones como las ocurridas en el Hospital Príncipe de Gales, donde casi instantáneamente infectó a más de 100 personas, o su avance en los edificios de apartamentos de Amoy Garden donde rápidamente infectó a cientos de personas, y contrariamente, su comportamiento comparativamente selectivo y casi benigno en el Hotel Metropole repleto de viajeros, donde aparentemente optó por limitarse a un sólo piso e infectar a un puñado de personas en sus habitaciones, en lugar de acechar en los ascensores y en el vestíbulo donde había cientos de posibles víctimas fácilmente disponibles.
Se demostró que el SARS era causado por una cepa del coronavirus, una gran familia de virus -en su mayoría inofensivos- responsables también del resfriado común. En diversas investigaciones se descubrió una cepa similar que se alojaba en los murciélagos, animales que han sido clasificados como una especie de almacén para los virus. Los medios occidentales nos bombardearon con la teoría infundada de que el virus se había propagado desde los murciélagos a las civetas, que posteriormente habían sido manipuladas y consumidas, transmitiendo así la enfermedad a los seres humanos. Sin embargo, ni los murciélagos ni las civetas mostraron ningún signo o síntoma de infección. Los CDC de China lideraron una investigación que al parecer descubrió vínculos genéticos entre las cepas del virus encontradas en los animales y en los seres humanos. Esto casi obligaría a concluir que el virus saltó no sólo una sino dos barreras de especies, pero los virólogos nos dicen que los Coronavirus no saltan naturalmente las barreras de las especies, y que saltar dos barreras sería algo verdaderamente raro. Otro problema directo en relación con esta teoría es que las civetas habían sido manipuladas y consumidas en Guangdong durante décadas antes del brote de SARS, y han seguido siendo manipuladas y consumidas después del brote, sin ningún tipo de efecto. Esto no significa que la epidemia no haya podido ocurrir de esta manera, pero sí demuestra que una simple explicación no es suficiente.
Un problema aún más grave es que el virus SARS presentaba características nunca antes observadas en ningún virus animal o humano, no coincidía en absoluto con los virus animales mencionados anteriormente y contenía material genético que aún no ha sido identificado. El virólogo Dr. Alan Cantwell (12) (13) (14) escribió que "el misterioso virus SARS es un nuevo virus nunca antes visto por los virólogos. La ... enfermedad contagiosa que se propaga por medio de las gotitas de la tos, es una enfermedad completamente nueva con efectos devastadores en el sistema inmunitario, y no se conoce ningún tratamiento".
El Dr. Cantwell también señaló que la manipulación genética de los coronavirus se ha estado llevando a cabo en laboratorios médicos y militares durante décadas. Escribió que, cuando buscó en PubMed la frase "ingeniería genética de coronavirus", fue referido a 107 experimentos científicos que se remontan a 1987. Citando al Dr. Cantwell:
"Rápidamente confirmé que los científicos han estado practicando ingeniería genética en coronavirus animales y humanos para producir virus mutantes y recombinantes productores de enfermedades durante más de una década. No es de extrañar que los científicos de la OMS identificaran el SARS/coronavirus tan rápidamente. Los redactores de artículos médicos nunca han hecho hincapié en el hecho de que durante más de cuarenta años los científicos han estado "saltando especies" con todo tipo de virus animales y humanos y creando virus quiméricos (virus compuestos a partir de virus de dos especies diferentes). Esta investigación no supervisada ha producido peligrosos virus artificiales, muchos de los cuales tienen potencial como armas biológicas. Ciertamente el SARS cumple con las características de un arma biológica. Después de todo, ¿no están los nuevos agentes de guerra biológica diseñados para producir una nueva enfermedad con un nuevo agente infeccioso? Como en experimentos militares anteriores, todo lo que se necesita ... para propagar el SARS es un aerosol o una maleta especialmente diseñada, o una caja "de guantes" (el tipo utilizado por los propagadores de ántrax) para infectar un edificio de apartamentos como el Amoy Gardens o la planta entera de un hotel como el Metropole en Hong Kong, que también contó con un gran número de casos de SARS." La manera más sencilla de propagar de forma encubierta un patógeno en un hotel o edificio de apartamentos es ponerse un uniforme de mantenimiento y rociar cada picaporte con un aerosol.
La Dra. Mae-Wan Ho, del Instituto para la Ciencia en la Sociedad, cita un informe de Journal of Virology (febrero de 2000) (15) que describe un método para inducir mutaciones deseadas en coronavirus para crear nuevos virus. "Una característica clave del procedimiento consiste en crear virus quimera interespecíficos recombinantes. Se trata de sustituir parte del gen de la proteína de espiga en el (corona) virus en la peritonitis infecciosa felina (gato) (FIPV) –lo que causa inevitablemente infecciones mortales en los gatos– con el (corona) virus de la hepatitis de los ratones. El mFIPV recombinante ya no infectará a las células de los gatos, sino que infectará a las células de los ratones en su lugar, y se multiplicará rápidamente en ellas."
Ho continúa:"La manipulación de los genomas virales es ahora rutinaria, y es fácil crear nuevos virus en el laboratorio que salten especies anfitrionas en el curso de experimentos de ingeniería genética aparentemente legítimos. Ni siquiera es necesario crear intencionalmente virus letales, si uno así lo desea. De hecho, es mucho más rápido y mucho más eficaz dejar que la recombinación aleatoria y la mutación tengan lugar en el tubo de ensayo. Utilizando una técnica llamada "cría molecular", se pueden generar millones de recombinantes en cuestión de minutos. Estos pueden ser examinados para mejorar su función en el caso de las enzimas, o aumentar la virulencia, en el caso de los virus y las bacterias. En otras palabras, los genetistas pueden ahora acelerar en gran medida la evolución en el laboratorio para crear virus y bacterias que nunca existieron en todos los miles de millones de años de evolución en la Tierra". (16) Esto no fue ampliamente difundido, pero el Dr. Ho pidió una investigación completa sobre la posible ingeniería genética y la difusión del virus del SARS. (17)
Y, en una disputa acerca de si la cepa del virus del SARS en los murciélagos y las civetas es 'la misma' que la que infectó a los humanos, la Dra. Julie Gerberding, Directora de los CDC de los EE.UU. en Atlanta, Georgia, según Cantwell, afirmó que "el análisis genético y la secuenciación del SARS no fueron útiles para determinar los orígenes del virus". La Dra. Gerberding escribió además que "Lamentablemente, las claves extraídas de la comparación con los virus animales no nos han dado ninguna pista real ... No podemos decir que sea un virus de los ratones o un virus de los cerdos, o cualquier otro virus animal necesariamente, porque no es lo suficientemente similar a las especies conocidas como para poder extraer esas conclusiones". El Dr. Cantwell señaló además que "los experimentos de inoculación del virus del SARS en pollos y en cerdos no tuvieron éxito, lo que indica que el SARS no se originó en cerdos y en pollos chinos, como se planteó".
Citando de nuevo al Dr. Cantwell: En 1995, un resumen de un experimento detalla la mezcla de especies de coronavirus de ratón con (coronavirus) de vaca "mutante" usando estas palabras:
"La recombinación de ARN se utilizó para construir [corona] virus mutantes de la hepatitis de los ratones (VHR) que contenían genes de la proteína nucleocápside quimérica (N), en los que se sustituyeron segmentos del gen N del coronavirus bovino [de las vacas] en lugar de sus correspondientes secuencias de VHR. Nuestros resultados demuestran que la recombinación específica puede utilizarse para hacer extensas sustituciones en el genoma del coronavirus, y que puede generar recombinantes que de otro modo no podrían hacerse entre dos virus separados por una barrera de especies".
En otro experimento sobre terapia genética en 1997, los científicos mezclaron coronavirus de gato, humano y cerdo, y los adaptaron a las células renales humanas. Estos son sólo dos ejemplos de los miles de experimentos genéticos encontrados en PubMed. Cualquiera puede buscar "virus de la sialoacrioadenitis de las ratas e ingeniería genética" y ser referenciado a 1424 experimentos. Los medios de comunicación asocian constantemente al virus del SARS con un coronavirus humano causante del resfriado común, aparentemente en un esfuerzo por calmar al público. Pero le restan importancia a los diversos coronavirus que afectan a diferentes especies animales y aves, que producen una gran variedad de infecciones graves y enfermedades mortales en varias especies de animales y variedades de aves. Son principalmente estos coronavirus animales los que han sido manipulados genéticamente." (18)
Casi inmediatamente después de recibir la secuenciación del genoma, varios científicos rusos plantearon la posible relación entre el SARS y la guerra biológica. Según Cantwell y la Jamestown Foundation, con sede en Washington, el servicio de noticias ruso Interfax-AVN citó el 3 de abril a Sergei Kolesnikov, miembro de la Academia Rusa de Ciencias Médicas, afirmando que la propagación del virus SARS podría haber sido causada por la filtración de un virus con fines bélicos cultivado en laboratorios de armas bacteriológicas. Kolesnikov afirmó que el virus de la neumonía atípica (SARS) era una síntesis de dos virus, cuyo origen natural era imposible, que esta mezcla nunca podría aparecer en la naturaleza, afirmando que: "Esto sólo se puede producir en un laboratorio." (19) Y Nikolai Filatov, jefe de los servicios epidemiológicos de Moscú, fue citado en el diario Gazeta afirmando que creía que el SARS era obra del hombre, porque "no existe vacuna para este virus, su composición no está clara, no se ha propagado extensamente y la población no es inmune a él". (20) (21) En respuesta, el Dr. Cantwell señaló que "esta acusación nunca fue denunciada por los principales medios de comunicación, sin embargo nos recuerda inevitablemente a acusaciones similares que los científicos rusos hicieron en diciembre de 1985, cuando concluyeron que la epidemia del SIDA fue causada por experimentos llevados a cabo en los EE.UU. como parte del desarrollo de nuevas armas biológicas".
No se informó mucho al respecto, pero parece que la conclusión final de los bioquímicos chinos fue la misma, que el virus del SARS fue creado por el hombre. Esta conclusión no era un secreto, pero tampoco fue promovida por los medios de comunicación internacionales, que simplemente habrían utilizado la afirmación para aumentar el desprecio hacia China, desestimándolo como una teoría paranoica de la conspiración. Los medios de comunicación occidentales ignoraron totalmente este aspecto, a excepción de las noticias de ABC, en las que informaron que el "Misterioso Virus" del SARS era posiblemente "un arma biológica china que escapó accidentalmente del laboratorio". Es bueno que el ABC se haya dado cuenta, pero su historia, de ser cierta, sería el primer ejemplo de una nación que crea y libera un arma biológica específicamente para una raza diseñada para atacarse exclusivamente a sí misma.
De hecho, científicos de todo el mundo, desde Rusia hasta Sudáfrica e Israel, especularon casi inmediatamente con que el SARS era un arma biológica inseminada deliberadamente. Un médico israelí, en respuesta a una pregunta, declaró (22): "En el fondo de mi corazón creo que el SARS está diseñado genéticamente para atacar al material genético chino (oriental). Tal vez ya sepan que Israel ha estado trabajando en algo así, específicamente en el material genético árabe. Conociendo el cártel militar-industrial-médico como yo, no me sorprendería que esto no se tratara de un "prueba de mercado" para algo más siniestro con respecto a otras poblaciones".
En una tesis sobre armas biológicas, Leonard Horowitz y Zygmunt Dembek afirmaron que los signos claros de un agente de guerra biológica manipulado genéticamente eran: una enfermedad causada por un agente poco común (inusual, raro o único), carente de explicación epidemiológica, es decir, ninguna idea clara de la fuente. También mencionaron una "manifestación inusual y/o distribución geográfica", de la cual la especificidad racial sería una de ellas. (23)
Los recientes brotes de enfermedades que posiblemente podrían calificarse como posibles agentes de guerra biológica son el SIDA, el SARS, el MERS, la gripe aviar, la gripe porcina, el Hantavirus, la enfermedad de Lyme, el virus del Nilo Occidental, el Ébola, la poliomielitis (Siria), la fiebre aftosa, el síndrome de la guerra del Golfo y el ZIKA. Y, de hecho, miles de reputados científicos, médicos, virólogos y epidemiólogos de muchos continentes han coincidido en que todos estos virus fueron creados en un laboratorio y liberados deliberadamente. La reciente epidemia de gripe porcina en China también cumple estas características, y las pruebas circunstanciales del brote sólo plantean interrogantes.
Al mismo tiempo, el periódico de Hong Kong Wenweipo publicó un artículo titulado "Posible brote temprano de SARS en los EE.UU." (24), en el que los autores escribieron a partir de los informes de AP y Reuters acerca de una mujer de 45 años que enfermó gravemente el 9 de febrero de 2002 (nueve meses antes del brote de SARS en Hong Kong) mientras participaba en la convención anual de ventas de su compañía hipotecaria cerca de Filadelfia. Tenía los síntomas típicos del SARS: dolor de cabeza, fiebre, escalofríos, vómitos y dificultad para respirar. Después de ser hospitalizada, falleció a la mañana siguiente. Todo el hospital y más de 80 personas sospechosas de haber tenido contacto cercano fueron puestas en cuarentena. Wenweipo creía que el evento había sido encubierto por las autoridades y sugirió que ésta se trataba en realidad de la primera incidencia del SARS, barajando que el virus se había originado en un laboratorio de investigación de los EE.UU. También se publicaron informes en los que los investigadores y expertos militares chinos llegaron a las mismas conclusiones que los virólogos rusos, es decir, que el virus había sido necesariamente creado por el hombre y que casi con toda seguridad se originó en un laboratorio militar de los EE.UU. y que posteriormente fue liberado en China.
Es cierto que el SARS parecía ser claramente específico para los chinos. En otras circunstancias esto podría entenderse como una desafortunada coincidencia, pero por algunos considerables indicios que sirven para alterar nuestro enfoque. Uno de ellos es la historia de las universidades y las ONGs americanas que llegaron a China en los años anteriores al SARS para llevar a cabo experimentos biológicos que eran tan ilegales que enfurecieron a las autoridades chinas. Esto fue particularmente cierto cuando se supo que la Universidad de Harvard había procedido clandestinamente con experimentos en China que habían sido prohibidos por las autoridades años antes, donde recogieron cientos de miles de muestras de ADN chino y posteriormente abandonaron el país. (25) (26) (27) (28) (29)
Los chinos enfurecieron al saber que los americanos estaban recolectando ADN chino. El gobierno intervino y prohibió la posterior exportación de cualquiera de los datos. La conclusión en ese momento era que la "investigación" había sido encargada por el ejército de los EE.UU., con las muestras de ADN destinadas a la investigación de armas biológicas específicas para la raza.
Además, un abogado chino llamado Tong Zeng que había participado en varios programas de investigación genética de los EE.UU. en China, publicó un libro en el que señalaba que los investigadores de los EE.UU. en los años noventa habían recogido cientos de miles de muestras de sangre y de ADN en China continental que fueron enviadas a los EE.UU. (30) (31) y que podrían haber sido utilizadas en el desarrollo de armas biológicas. Esto podría explicar que el virus del SARS fuera específico para la población China.
Al parecer, los virólogos chinos se aseguraron de que el virus del SARS existía, o podía existir, en las civetas, y de hecho se les concedió un premio en reconocimiento a su labor. (32) Pero si tenemos en cuenta todas las posibilidades, este no es el problema real. Probablemente hay miles de virus y otros patógenos que podrían ser eficazmente empleados como armas biológicas de bajo nivel, pero ninguno surge de la nada. Cada uno de ellos está separado de un huésped natural y se han utilizado métodos para fomentar su adaptación a los seres humanos. Por lo tanto, tenemos que "trabajar hacia atrás", ignorar inicialmente el "reservorio animal" y centrarnos en localizar a nuestro verdadero paciente cero y determinar el método por el cual fue infectado. Eso, y sólo eso, es el quid de la cuestión. El animal fuente específico es de poca importancia para nosotros en la etapa inicial. Debemos determinar con precisión cómo logró el virus infectar a nuestro paciente cero, y si tuvo ayuda externa. Esto es un trabajo de inteligencia; el resto es ciencia básica.
No obstante, los medios de comunicación occidentales se refirieron de inmediato y de manera unánime a la afirmación de que el virus del SARS se había rastreado hasta los murciélagos de la provincia china de Yunnan, y luego se abrió camino hasta las civetas como "reservorio natural", para luego infectar a las personas en un mercado de comida al aire libre, aunque nunca se presentó documentación que demostrara el método preciso de transmisión de un virus que saltaba dos barreras de especies. Sin embargo, no se permitieron otras afirmaciones o teorías, y los medios de comunicación evitaron arduamente debatir el aparente brote en los EE.UU. y las amplias especulaciones de que el SARS fue extraído por el ejército de los EE.UU. en un laboratorio y diseñado para tener preferencia por el ADN chino.
El Dr. Cantwell afirmó que nos recuerdan reiteradamente a los bioterroristas y a las armas biológicas en las situaciones más inocuas, sin embargo, con el SARS no hubo ni una sola palabra sobre terroristas o guerras biológicas, siendo todo ese tema censurado al 100% por los medios de comunicación occidentales. Cantwell concluyó que esto era "ciertamente una prueba de que los medios de comunicación están controlados por poderosas fuerzas que se niegan a reconocer lo que muchos ciudadanos están pensando en privado y publicando en Internet".
Mi conclusión en ese momento era que el SARS tenía por objeto a China, y fue simplemente un capricho del destino el que envió al paciente cero a Hong Kong para hacer la mayor parte de su daño allí, dejando a la China continental con relativamente pequeños retazos con los que lidiar. La grave perturbación de la economía de China sería un claro motivo.
No puedo extraer ninguna conclusión firme acerca de en qué lugar nos deja este desconcierto de información. Como escribí al principio, partes de la versión oficial parecen inverosímiles o imposibles, pero sin un rastro claro en ninguna dirección particular. Es angustioso que todos los medios de comunicación occidentales en su totalidad hayan ignorado el testimonio de gran credibilidad aportado por científicos rusos y chinos acerca de que el virus del SARS no podría haber surgido de forma natural, sino únicamente haber sido creado en un laboratorio. Este único caso no probaría nada, pero ha habido muchos de ellos en el pasado en los que el gobierno y el ejército de los EE.UU. han hecho afirmaciones que fueron abrumadoramente probadas como falsas por los rusos, pero ignoradas por los medios de comunicación occidentales.
Uno de esos casos ocurrió en Libia, donde los EE.UU. inundaron repetidamente los medios de comunicación afirmando que Gadafi estaba librando una guerra contra sus propios civiles, destruyendo grandes secciones de las ciudades con bombas y artillería y dejando un gran número de cadáveres por todas partes. En ese caso, Rusia realizó abundantes fotos de alta resolución por satélite de las zonas afectadas que claramente no mostraban ningún tipo de daño, y ninguna evidencia de batallas o de cuerpos. Después de los reportajes televisivos sobre las afirmaciones americanas, los rusos presentaron todas sus pruebas irrefutables a la BBC y otros medios de comunicación occidentales, sólo para que sus pruebas fueran ignoradas.
Esta es una pauta constante y eficaz que ha persistido durante décadas: cualquier evidencia que contradiga el relato oficial (occidental) sobre cualquier tema está completamente censurada. Si la evidencia es discutible, es presentada y ridiculizada en los medios de comunicación como propaganda comunista o teoría conspiratoria. Si es irrefutable, son totalmente censuradas y no aparecen en ningún lugar. ¿Qué hacemos entonces con el testimonio de virólogos de talla mundial que nos dicen que el SARS fue una quimera hecha por el hombre, una mezcla de patógenos imposibles en la naturaleza y muy probablemente de origen militar? ¿Cómo interpretamos entonces los eventos en el Hotel Metropole y los Amoy Gardens en Hong Kong?
Mi opinión sobre este asunto es que, incluso a pesar del paso del tiempo, todo el caso del SARS merece una investigación forense internacional.
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Los escritos del Sr. Romanoff se han traducido a 28 idiomas y sus artículos se han publicado en más de 150 sitios web de noticias y política en más de 30 países, así como en más de 100 plataformas en inglés. Larry Romanoff es consultor de gestión y empresario jubilado. Ha ocupado cargos ejecutivos de alto nivel en empresas de consultoría internacionales y ha sido propietario de un negocio de importación y exportación internacional. Ha sido profesor visitante en la Universidad Fudan de Shanghai, presentando estudios de casos en asuntos internacionales a las clases superiores del EMBA. El Sr. Romanoff vive en Shanghai y actualmente está escribiendo una serie de diez libros relacionados generalmente con China y Occidente. Es uno de los autores que contribuyen a la nueva antología de Cynthia McKinney "When China Sneezes (Cuando China Estornuda)". Su archivo completo puede verse en https://www.moonofshanghai.com/ y http:// www.bluemoonofshanghai.com/.
Puede ser contactado en: 2186604556@qq.com
Notas
(1) https://en.wikipedia.org/wiki/Severe_acute_respiratory_syndrome
(2) http://www.chinadaily.com.cn/hkedition/2012-10/10/content_15805337.htm
(3) https://www.cbsnews.com/news/dire-retribution-for-spreading-sars/
(5) https://www.npr.org/templates/story/story.php?storyId=1264207
(6) http://www.bbc.com/news/world-asia-china-21680682
(7) https://www.who.int/csr/don/2003_07_04/en/
(10) https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(03)13218-7/fulltext
(11) https://www.info.gov.hk/info/sars/pdf/amoy_e.pdf
(12) u2.lege.net/whale.to/c/cantwell_alan.html
(13) https://medicalveritas.org/rigged-science-man-made-aids
(14) https://www.amazon.com/AIDS-Doctors-Death-Inquiry-Epidemic/dp/0917211251
(15) http://europepmc.org/abstract/MED/10627550
(16) https://www.i-sis.org.uk/SAGE.php
(17) m.w.ho@i-sis.org.uk
(18) https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/9367365
(19) https://rense.com/general37/manmade.htm
(20) Los enlaces originales ya no están activos.
(21) https://rense.com/general37/bio.htm
(22) Los enlaces originales ya no están activos.
(23) Aspectos Médicos de la Guerra Biológica; https://repository.netecweb.org/items/show/325
(24) Los enlaces originales ya no están activos. Sería necesaria una búsqueda de archivos para localizar los artículos de Wenweipo, AP y Reuters.
(25) El caso harvard de Xu Xiping: explotación de la gente, avance científico o robo genético? Margaret Sleeboom; Amsterdam School of Social Science Research, Universidad de Amsterdam e Instituto Internacional de Estudios Asiáticos, Universidad de Leiden, Países Bajos; Routlege; Grupo Taylor & Francis; New Genetics and Society, Vol. 24, No. 1, abril de 2005
(26) http://ahrp.org/article-30/
(27) http://www.chinadaily.com.cn/en/doc/2003-09/25/content_267233.htm
(28) https://ahrp.org/china-daily-investigation-challenges-us-genetic-experiments-on-poor-farmers/
(29) http://www.chinadaily.com.cn/en/doc/2003-09/25/content_267233.htm
(30) Los enlaces originales ya no están activos.
(31) https://www.globalresearch.ca/harvard-genetic-research-team-collected-and-transferred-china-blood-and-dna-samples-back-to-the-us/5704728
(32) http://www.chinadaily.com.cn/china/2006-11/23/content_740511.htm
Copyright © Larry Romanoff,Moon of Shanghai, Blue Moon of Shanghai, 2021
Traducción: AIX