Fuente: RT en Español
Autor: Henry Pinto
Autor: Henry Pinto
En la última
reunión del Club Bilderberg en Dresde, Alemania,
celebrada a mediados de junio pasado, había dos temas candentes encima de la
mesa: parar el ‘Brexit’ e impedir el triunfo de Donald
Trump y en ambos fracasó estrepitosamente.
Uno de los primeros en
avisar del
descontento del selecto club, el denominado ‘gobierno mundial en la sombra‘, con la candidatura del
magnate a la Casa Blanca fue el reportero de Infowars, Paul Joseph Watson, según recogió en su día
el periódico ‘The Huffington Post’.
Se hizo eco de la
asistencia de la senadora anti-Trump, Lindsey Graham, una
señal obvia de que Bilderberg estaba planeando cómo evitar que Trump
derrotara a Hillary Clinton, el candidato elegido por el selecto
club.
El motivo
Bilderberg
estaba seguro
de que Clinton podría deshacerse de sus adversarios republicanos, pero la
campaña autofinanciada de Trump y su oposición pública a ciertos
acuerdos comerciales internacionalistas como el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN, NAFTA, en inglés) o el Acuerdo
Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), sorprendió y puso de
los nervios a los elitistas de Bilderberg. Eso sin hablar de sus palabras sobre los cambios
en la OTAN.
Entre los temas encima de
la mesa de esa reunión también estaba Rusia y las palabras
conciliadoras de Trump respecto a Moscú y su liderazgo
encendían las alarmas y luego fueron usadas en la campaña del
miedo, con altas dosis de rusofobia.
Pararlo como sea
Por ello no es de extrañar
que toda la maquinaria se pusiera en marcha: la mayoría de la prensa mundial y
en especial los medios ‘mainstream’ fueron a cuchillo por el magnate, creando
el pánico entre los electores y publicando una cascada de denuncias de supuestos
casos de acoso sexual y un video de una conversación informal con comentarios
obscenos contra las mujeres.
Poniéndole un altavoz cada vez que lanzaba
improperios contra los mexicanos o musulmanes. Los
grandes editores estaban tan satisfechos y convencidos de su éxito que hasta la
revista ‘Newsweek’ mandó a imprenta su edición llevando
en portada la victoria de Hillary Clinton, y que han tenido que mandan a
retirar con carácter de urgencia. Abajo un tuit que ya denunciaba la polémica
publicación y por favor fíjense en la fecha.
Una de las personas que
mejor pudo definir en pocas líneas qué era lo que estaba pasando fue
el economista español y asesor de la campaña de Trump, Roberto Centeno, quien en octubre
publicó en su blog:
“¿Qué es más relevante
para decidir quién debe ser el presidente de la nación más poderosa de la
Tierra? ¿Una expresión machista, soez y vulgar pronunciada ante un
grupo de amiguetes hace 11 años o los correos —revelados por WikiLeaks— en los que Hillary dice
una cosa en público y la contraria en privado, como los dirigidos a las élites
de Wall Street, de quienes ha recibido más de 30 millones
de dólares por conferencias en los últimos tres años, a
los que aseguró defender sus intereses “por encima de los de fuera” —el pueblo
norteamericano— o la desastrosa Primavera Árabe que ha sumido a Libia,
a Siria y a Irak en el caos absoluto, creando el ISIS (Estado Islámico) y
apoyado a Al Nusra, el grupo terrorista de Al Qaeda? Para el
‘New York Times’, el ‘Washington Post’, la CNN, la CNBC y todos los medios
al servicio de las élites que ostentan el poder, lo único importante es
lo primero. El resto lo ocultan“.
Otra lección
Trump triunfó sobre el Club
Bilberberg y los grandes medios de Occidente por un
básico motivo: “Por la falta de objetividad“, como bien diagnosticó en su página de Facebook la portavoz del
Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova.
Una nueva era comienza,
pero Edward Snowden marca un sendero: “No podemos esperar un
Obama y no deberíamos temer a un Donald Trump, tenemos que construir todo
nosotros mismos”, y no dejar que los gobiernos controlen su propio poder.
Snowden dijo desde Rusia,
en el marco de una conferencia celebrada en Países Bajos, que la única
respuesta válida ante los resultados de las elecciones de EE.UU. es encarar los
problemas de la privacidad, uniéndose a causas favorables a esta, ayudando en movimientos,
y haciendo algo para evitar el control del gobierno en esta área.
Siempre he creído en el
valor de las palabras, hacer un buen uso de ellas es la palanca necesaria para
mover el mundo. Hay discursos que han movilizado a millones.
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